El Museo de la Acrópolis de Atenas es el monumento más visitado Grecia, por encima incluso del Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Nosotros teníamos muchas ganas de verlo desde que visitamos los impresionantes mármoles del Partenón que se conservan en el Museo Británico de Londres. De hecho, uno de los motivos de la construcción de este nuevo museo es tener un lugar digno donde conservar los mármoles del Partenón, y que el Reino Unido deje de utilizar esto como excusa para no devolverlos.
En el museo puedes encontrar, además de la exposición de los mármoles del Partenón, una extensa colección de esculturas originales de arte griego clásico y arcaico encontradas en la colina y las laderas de la Acrópolis. Aquí puedes reservar la entrada incluyendo tanto la Acrópolis propiamente dicha como la entrada al museo. Si lo que buscas es una entrada muy barata y sin colas cómprala aquí, pero eso sí, utilizarás tu propio móvil como audioguía.
- ¿Por qué debes visitar el Museo de la Acrópolis de Atenas?
- ¿Dónde está el Museo de la Acrópolis de Atenas?
- ¿Cómo llegar al Museo de la Acrópolis de Atenas?
- Entradas al Museo de la Acrópolis de Atenas gratis
- Horario del Museo de la Acrópolis
- Historia del Museo de la Acrópolis
- Los restos arqueológicos bajo el Museo de la Acrópolis de Atenas
- La entrada del Museo de la Acrópolis
- La Sala de las Laderas
- Primer nivel: la Sala de las Obras Arcaicas
- La Sala del Partenón
- Planifica tu viaje
Con esta ya hemos estado tres veces en Atenas, alojados aquí, y hemos venido a ver en profundidad el Museo de la Acrópolis.

En este artículo haremos un breve repaso de la información útil que necesitas saber antes de visitar el Museo de la Acrópolis. Después profundizaremos en su historia y en el contenido de sus colecciones. Si tienes cualquier duda por favor déjanosla en los comentarios.
Dentro de Grecia Atenas es la ciudad más importante, y a su vez, la Acrópolis es el monumento más importante de Atenas. Desde nuestro punto de vista, la Acrópolis es una visita obligada si planeas un viaje a Grecia.
¿Por qué debes visitar el Museo de la Acrópolis de Atenas?
Grecia es la cuna de la cultura occidental. Aquí nació la democracia, la filosofía, la ciencia, las matemáticas, los Juegos Olímpicos, la literatura o el estudio de la historia. La arquitectura y la escultura griegas fueron copiadas por los romanos, y a través de ellos ha llegado a todos los rincones del mundo. Podemos ver las huellas de la arquitectura griega en las fachadas del Capitolio de Estados Unidos, la bolsa de Nueva York, el Reichstag alemán o el Congreso de los Diputados de Madrid. No hay una sola ciudad importante en occidente que no tenga edificios inspirados en la antigua Grecia.
Para no extendernos demasiado nos centraremos en hablar del museo.
¿Dónde está el Museo de la Acrópolis de Atenas?
El Museo de la Acrópolis se alza en el histórico barrio de Makriyani. Un imponente edificio que fue diseñado con un doble objetivo: el de dar a conocer las obras maestras de la antigüedad y su interrelación dialéctica con el Partenón (la obra arquitectónica más influyente de la historia universal). Se encuentra en la calle Dionysiou Areopagitou número 15:
¿Cómo llegar al Museo de la Acrópolis de Atenas?
Si vas en metro puedes llegar al Museo de la Acrópolis de Atenas bajándote en la parada Acrópoli que pertenece a la línea 2, la que va de Anzúpoli a Elinikó. También puedes llegar en bus si te bajas en la parada Makriyánni. Hay 28 líneas de bus que te pueden llevar allí, incluso el trolebús (líneas 1, 5 y 15). El tranvía también llega al museo desde la parada Leoforos Vuliagmenis.
Los autobuses turísticos y las visitas guiadas al Museo de la Acrópolis de Atenas descargan pasajeros a lo largo de toda la calle peatonal Hatzijrístu.
Si quieres llegar al museo en bicicleta puedes aparcar delante de la entrada, en la calle Dionisiu Areopaguitu o bien junto a la parada de metro Acrópolis.
Entradas al Museo de la Acrópolis de Atenas gratis
Puedes entrar gratis al Museo de la Acrópolis de Atenas el 6 y el 25 de marzo, el 18 de mayo (Día Internacional de los Museos) y el 28 de octubre. También puedes comprar las entradas a la Acrópolis aquí.
Las personas con discapacidad tienen fácil acceso a todas las áreas del museo. Dispone de sillas de ruedas gratuitas que se pueden recoger en la entrada.
Como suele ser habitual no se pueden tocar las esculturas, tampoco se puede comer ni beber.
Como algunas esculturas todavía conservan algo de color se prohibe hacer fotos en la sala de la Acrópolis arcaica, pero sí en otras zonas del museo. No dejan entrar con mochilas grandes. No está permitida la entrada de perros ni animales de compañía, excepto si se trata de perros guía.
Horario del Museo de la Acrópolis
Museo de la Acrópolis en invierno
1 de noviembre – 31 de marzo:
- De martes a jueves de 9:00h a 17:00h (último acceso a las 16:30h).
- Viernes de 9:00h a 22:00h (último acceso a las 2:30h).
- Sábados y domingos de 9:00h a 20:00h (último acceso a las 19:30h).
- Lunes: Cerrado.
Museo de la Acrópolis en verano
1 de abril – 31 de octubre:
- Lunes de 8:00h a 16:00h (último acceso a las 15:30h).
- De martes a domingo de 8:00h a 20:00h (último acceso a las 19:30h).
- Viernes de 8:00h a 22:00h (último acceso a las 21:30h).
Días festivos (el Museo de la Acrópolis está cerrado)
- 1 de enero: cerrado.
- 1 de mayo: cerrado.
- Domingo de Pascua: cerrado.
- Lunes de Pascua: cerrado.
- Navidad, 25 de diciembre: cerrado.
- 26 de diciembre: cerrado.
Historia del Museo de la Acrópolis
El nuevo Museo de la Acrópolis ha sido un edificio muy esperado, inaugurado décadas después de la toma de conciencia de la necesidad de crear un nuevo espacio museístico dedicado a la roca sagrada. Puedes comprar una entrada para ver la Acrópolis aquí mismo.

El primer concurso arquitectónico para la construcción de un Museo de la Acrópolis tuvo lugar en 1976 , y sin embargo éste, así como el siguiente, de 1979, no prosperaron. El tercer concurso, que se convocó en 1989, escogió la propuesta de los arquitectos Nicoletti y Passarelli, pero la obra no continuó, porque se hizo un impresionante descubrimiento en el solar elegido de Makriyani: una zona repleta de edificaciones de la antigua Grecia.
Finalmente, tras la fundación del Organismo Especial para la Construcción del Nuevo Museo de la Acrópolis, en 1994, el asunto entró en la recta final. El 4º Concurso Internacional de Arquitectura llevó a la concesión del primer premio al arquitecto suizo Bernard Tschumi y al griego Mijalis Fotiadis para la erección del nuevo museo.
Los requisitos exigidos a los gabinetes de estudios concursantes eran muy concretos: al nuevo museo debía incorporarse la excavación que se estaba realizando bajo el museo, de modo que fuera vista por los visitantes, que se explotara la luz natural, que se persiguiera una relación equilibrada entre la arquitectura del museo y los monumentos antiguos de la roca de la Acrópolis.
El edificio debía integrarse satisfactoriamente tanto en su entorno y ofrecer al visitante la posibilidad de ver simultáneamente las esculturas arquitectónicas del Partenón en el nuevo museo y la vista del propio Partenón en la Acrópolis a lo lejos.
El edificio que se creó responde de modo original a todas las exigencias mencionadas.
La luz y los materiales del Museo de la Acrópolis
El museo parece levitar sobre la excavación arqueológica que hay debajo. Hay una vista impresionante de los restos antiguos. La utilización del vidrio permite tanto que entre luz como tener una vista impresionante de los restos antiguos que hay debajo. Para los que nos apasiona la historia es tentador quedarse ensimismado mirando los restos e imaginarse a los antiguos griegos paseando por sus callejuelas, pero hay que darse prisa, hay mucho por ver dentro del museo.
Es extraordinaria la combinación de esculturas de dioses, muchachas, efebos y jinetes de la sala de las Obras Arcaicas. Dependiendo de la hora del día la luz del interior va cambiando. No tienen nada que ver las sensaciones que se tienen.
La sala del Partenón, construida casi en su totalidad en vidrio, se ubicó en la última planta del museo y su eje se ideó de manera que se encuentre paralela al templo antiguo que se ve al fondo. La instalación diseñada para las piezas en el Museo de la Acrópolis se asemeja a la del Partenón, y el resultado es que las esculturas tienen la misma orientación y la misma disposición que la que tenían hace casi 25 siglos. Reciben la luz en el mismo ángulo.

¡Advertencia!: Los materiales utilizados en el Museo de la Acrópolis son simples y modernos: hormigón, acero y vidrio en abundancia, también en los suelos, ofreciendo una continuidad visual desde la Sala del Partenón hasta la excavación en la base del museo. La pega que nosotros le encontramos es que si caminas en la planta superior y llevas falda debes tener cuidado, porque desde la planta inferior se ve todo.

Para los suelos se eligió el mármol negro, de Macedonia, en los lugares de uso común y de circulación, y ocre-granate, del Helicón, en los de exposición, para que haga juego con la pátina de las esculturas.
El museo coexiste con el edificio del Centro de Estudios de la Acrópolis, conocido como «Weiler» por el nombre del ingeniero que lo construyó en 1836. Este se utilizó inicialmente como hospital militar.
Inauguración del Museo de la Acrópolis
El nuevo Museo de la Acrópolis, que fue inaugurado solemnemente en junio de 2009, comprende espacios de exposición de 14.000 m², así como sala de proyecciones (muy recomendable), anfiteatro y espacio para exposiciones temporales. Cuenta con restaurante, tiendas de regalos, talleres, garaje, almacenes y otros espacios auxiliares, alcanzando en total los 23.000 m² aproximadamente.
Sus dimensiones, especialmente grandes, así como su sobresaliente arquitectura, refuerzan la voz de Grecia, que pide la repatriación de las «Elginia», es decir, de las antigüedades que lord Elgin sustrajo ilegalmente de la Acrópolis a comienzos del siglo XIX y que en la actualidad se encuentran en el Museo Británico de Londres.
Los restos arqueológicos bajo el Museo de la Acrópolis de Atenas
En la excavación arqueológica que se ve bajando por la gran escalera, el visitante se hace una primera idea de cuanto se escondía y continúa escondiéndose bajo la tierra. La excavación en la base del museo descubrió todo un barrio de la Atenas antigua, con sus casas, sus calles, sus baños y sus talleres. Esta vecindad se desarrolló al sur de la Acrópolis desde finales del neolítico hasta el siglo XII d.C., pero la mayor parte de los restos arquitectónicos que se ven en la actualidad se remontan a la antigüedad tardía y a la época bizantina temprana. Precisamente de esa época son estas Nikes.

Estas dos Nikes se encontraron destrozadas en un pozo, sin alas y sin brazos. Los restauradores lograron recomponerlos y sacarlos del olvido. En su día adornaban los tejados de alguna vivienda importante.
¿Habrá nueva ampliación del museo?
Está prevista la creación de un museo separado para pasear entre los restos arqueológicos. De momento esta fascinante imagen del pasado es visible únicamente desde arriba, por los espacios abiertos y por el suelo de vidrio de la planta baja del museo.
Desde la gran apertura de la entrada cubierta se puede ver un gran edificio bizantino (siglo VII d.C.), que cuenta con numerosas habitaciones, pozos, cisternas, baño privado y una característica sala-torre circular (llena de monedas arrojadas por los turistas).
El vestíbulo interior cubre un edificio más antiguo, una vivienda del siglo V a.C. Aquí, vale la pena observar la habitación con pavimento de mosaico que según los especialistas era el andrón, es decir la sala de los simposios, donde el jefe de la familia recibía a amigos y conocidos para cenar, filosofar y divertirse.
La entrada del Museo de la Acrópolis
En la fachada del edificio una lechuza de mármol sobre un alto pedestal (del siglo V a.C.) recibe al visitante. La lechuza, el ave sagrada de la diosa Atenea, se considera hasta la actualidad como símbolo de la sabiduría y aparece en las monedas de euro.
Si queréis conocer la historia de la Acrópolis con un documental especialmente bien hecho, con imágenes muy realistas, os recomendamos ver antes de venir a Grecia el episodio 1 de la serie Megápolis del Canal Historia.
La Sala de las Laderas
La primera sala del museo alberga hallazgos de las laderas de la Acrópolis, razón por la cual el suelo está en pendiente. Un guiño a su antigua ubicación. La primera pieza también tiene significado simbólico. En una vitrina iluminada en el suelo, después de los aparatos de control de los billetes, se encuentra el engainion encontrado debajo del suelo de una casa que fue excavada en la base del museo y que data de principios del siglo III a.C.
Los «engainia» eran los restos de una ceremonia que tenía lugar durante la cimentación o la reforma de una vivienda. Los griegos antiguos, para que los dioses que protegían la casa les fuesen propicios, quemaban carne de animales y de aves de corral dentro de un pequeño hoyo y depositaban las ofrendas en vasitos.
En la ceremonia de inauguración del museo, en junio de 2009, ocupó simbólicamente su lugar el último objeto de la vitrina, un pequeño cántaros (vaso de vino cubierto de un baño de pintura negra brillante).
Poblado y cementerio de la Acrópolis
La visita al museo puede comenzar por las grandes vitrinas de vidrio del lado derecho, donde se han colocado diversos objetos de uso cotidiano de los hombres y mujeres que habitaron en épocas muy antiguas en las laderas y al pie de la Acrópolis. Aquí la mayoría son vasos de diferentes tipos, los más frecuentes son ánforas (para transportar el agua), las hidrias (para servir el agua), las crateras (para mezclar el vino con el agua), los pinakia (platos) los kilix, los skifos, los cántaros (vasos) y los pixis (para guardar cosméticos y objetos ornamentales).
Ofrendas del santuario de la Ninfa
Volviendo al principio de la sala el visitante tiene la oportunidad de admirar otro asombroso grupo de piezas. Las grandes vitrinas del lado derecho reviven la bodas en la antigua Grecia. Los objetos fueron encontrados en el pequeño santuario de la ladera sur que habían consagrado los atenienses a la ninfa del matrimonio y de las ceremonias nupciales.
Aunque este santuario estuvo en activo desde el siglo siglo VII al II a.C., no se menciona en fuentes escritas. Se sabe de la existencia del santuario de la ninfa porque obviamente se ha encontrado, por las inscripciones de los vasos y por un oros (un mojón, una antigua unidad de medida).
Si no se ha conservado ni una sola fuente escrita de este impresionante santuario (que estuvo funcionando nueve siglos) podéis imaginaros la cantidad de maravillas de la antigüedad de las que no nos ha llegado ni el recuerdo.
Figuras en cerámica griega
La mayor parte de las vitrinas contienen lutróforos, es decir vasos con los que llevaban el agua para el baño nupcial de los prometidos, extraordinariamente decorados. Los más antiguos pertenecen al denominado estilo de figuras negras, en el que las figuras están pintadas con color negro en fondo rojo. Los detalles se graban y se utilizan dos colores, el blanco y el violeta.
Los vasos más modernos pertenecen al estilo de figuras rojas, técnica innovadora en la pintura de vasos que nació en el periodo cerámico ateniense y que se caracteriza por las figuras rojas en fondo negro. En los primeros lutróforos de figuras negras se representan cortejos nupciales, animales y seres fantásticos, mientras que la temática de los segundos, los de figuras rojas, está enriquecida con escenas mitológicas y momentos de las ceremonias nupciales.
Si te gusta este estilo tienes una muestra muy interesante en el Museo del Louvre en París, y más interesante todavía en el Museo de Olimpia. Si queréis ver un museo excepcional de cerámica griega sin salir de Atenas no podéis dejar de visitar el Museo Arqueológico de Kerameikos. Nosotros lo visitamos extensamente, incluido su cementerio y es una auténtica maravilla, pero es solo apto para personas muy, muy interesadas en la materia.
Volviendo a la sala de ofrendas del santuario de la Ninfa del Museo de la Acrópolis, como curiosidad os diremos que las ánforas que contaban con dos asas (lutróforos) estaban destinados al baño del novio, mientras que los que tenían tres (hidrias) eran para el baño de la novia.
El Asclepio, el santuario de Dioniso y otros santuarios menores
La visita a la Sala de las Laderas concluye con dos grandes santuarios y otros menores que se habían erigido en la Acrópolis. A la izquierda, inmediatamente después de las vitrinas con los hallazgos procedentes del santuario de la ninfa, el espacio se ha dedicado al santuario de Asclepio, dios de la medicina y de la salud, y al de Dioniso, dios de la vegetación, del vino y de la embriaguez.

Esta interesante unidad , que comienza con el Asclepion, la abre la historia, inscrita por ambos lados, de la fundación del santuario por el ciudadano ateniense Telémaco (419 a.C.). A su lado se puede ver una base de ofrenda del 320 a.C. donde se representa un estuche con instrumentos quirúrgicos en relieve, dos ventosas (llamadas sikies en la antigüedad), y representaciones en relieve de miembros humanos (algo parecido a los exvotos actuales).
De los exvotos el que más nos impresionó fue un rostro femenino, con ojos de un material engastado, que estuvo ubicado en la hornacina de un pilar (segunda mitad del siglo IV a.C.). Nos recordó mucho a la sexta temporada de Juego de Tronos, a los capítulos de «los hombres sin rostro». El parecido es más que evidente:
En la pared se ha colocado una serie de impresionantes relieves votivos, la mayoría decorados con representaciones de fieles que se acercan a Asclepio y a su familia. El más imponente es el que tiene forma de dos edificios unidos (mediados del siglo IV a.C. ). Representa a Asclepio con su esposa Epíone y su hija Higía, y delante de ellos fieles que llevan al altar un cerdo para el sacrificio (la cabeza del animal se distingue abajo cerca de los pies de la primera figura) y que portan un arca con regalos.
¿La representación del primer accidente de tráfico documentado de la historia?
Merece la pena detenerse igualmente ante el relieve del 400 a.C., que representa a un cochero en carro acercándose a Asclepio, a Epíone y a Higía. De acuerdo con la inscripción se trataba de la ofrenda de un cochero que salió ileso de un accidente en el que su carro, que transportaba piedra, volcó.
De los objetos expuestos relacionados con el santuario de Dioniso se pueden mencionar de forma representativa la colosal máscara del dios, las excepcionales placas en relieve y una estatua de Paposileno que lleva a hombros al pequeño Dioniso con una máscara teatral en la mano (siglo ll a.C.).
Al otro lado de la sala hay otros muestras de dos pequeños santuarios que se habían fundado en planicies y en las cuevas en las laderas de la roca sagrada de la Acrópolis (lo que daríamos por poder entrar). Nosotros podemos hacernos una idea de cómo eran porque pudimos visitar un santuario dentro de una roca en la isla de Delos un par de años antes.
En esta parte el Museo de la Acrópolis de Atenas acapara la atención el «tesoro» del santuario de Afrodita Urania, protectora del matrimonio. En la enorme «alcancía» del s.IV a.C. (algo equivalente al cepillo de las iglesias) los atenienses recién casados depositaban una dracma de plata (moneda de curso legal en la antigua Grecia) esperando que la diosa les diera una buena vida.
Primer nivel: la Sala de las Obras Arcaicas

La imponente escalera al final de la Sala de las Laderas, con el enorme frontón arcaico en el extremo superior, atrae en la mirada de visitante y lo predispone para las obras maestras que va a encontrar.
La Acrópolis micénica y geométrica
Esta sala es la de la Acrópolis en los períodos micénico (de la impresionante Micenas, que no podéis dejar de visitar) y geométrico. En la vitrina de la izquierda se pueden ver los característicos vasos micénicos, mientras que en la vitrina derecha se exponen figurillas y sellos.
Destaca una figurilla de buey con jinete (1300-1190 a.C.), una cabeza de buey (1375-1190 a.C.) y una cabeza de esfinge (ser mítico con cabeza de mujer, cuerpo de león y alas (1300-1190 a.C. ).
Las esfinges egipcias tomaron el nombre de sus equivalentes griegas y no al revés. No sabemos cómo denominaban los egipcios a las esfinges. ¿Y sabéis qué? en la península ibérica, en España, los íberos tallaron esfinges desde el siglo V a.C. Nosotros vimos algunas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Si queréis ver una esfinge tenéis la más grande del mundo fuera de Egipto en los bajos del Museo del Louvre.
Volviendo al museo, en la tercera vitrina hay hallazgos de la fuente micénica, entre los que se encuentra un biberón (1190-1030 a.C. ) y una serie de objetos más antiguos todavía. ¿A que te pensabas que el biberón era un invento moderno? pues nada más lejos de la realidad.
Inmediatamente después el visitante se encuentra ante el llamado «Tesoro del Forjador», algo digno de ver, os lo contamos:
El Tesoro del forjador
En arqueología «tesoro» se denomina, entre otras otras cosas, a un conjunto de objetos preciosos cuyo propietario ocultó alguna vez para protegerlos de una inminente catástrofe y que son descubiertos al cabo de siglos. La catástrofe puede ser por ejemplo una invasión enemiga, o el hecho de que los miembros varones marchen a la guerra y entierren sus objetos más preciados con la esperanza de volver algún día y desenterrarlos. En la antigüedad había prestamistas, pero no había bancos y mucho menos cajas fuertes, por lo que lo más seguro era enterrar un tesoro en un lugar oculto.
En la antigua Grecia el Partenón era, de hecho, una caja fuerte: se utilizaba para guardar el tesoro de la Liga de Delos (una pequeña isla de la que os hablaremos en otra ocasión).
El Tesoro del Forjador está compuesto por diversos objetos de bronce (rejas de arado, puñales, una espada, espejos, hachas dobles, etc.), que se encontraron ocultos entre las piedras de un muro en lo más alto de la Acrópolis. Este tesoro estuvo oculto durante 3.200 años, y tiene un estado de conservación excelente.
Gorgonas y Medusa
En el mismo lugar se presenta una maqueta de la Acrópolis con su ciclópea muralla micénica. Enfrente se puede ver un disco de bronce con una lámina recortada alrededor con la figura de una gorgona, del templo geométrico de Atenea Poliás (gorgona era un ser mítico monstruoso con serpientes en lugar de cabellos).
En España se han encontrado muchísimas figuras de Medusa, una de las gorgonas. En Madrid hace muy poco se ha encontrado la pátera de Titulcia con una Medusa, del año 350 a.C. (para que luego digan que Madrid no tiene historia). También hay ejemplos mucho más bonitos como la pátera ibera de Perotito encontrada en Santisteban del Puerto (Jaén).
La Acrópolis arcaica
El visitante tiene la oportunidad de viajar al lejano y señorial período arcaico de la Acrópolis. Los objetos expuestos en esta sala se dividen en dos categorías básicas: los miembros arquitectónicos y esculturas, es decir, procedentes de la decoración de edificios, y las ofrendas, los regalos de los fieles a Atenea, los denominados ofrendas o exvotos.
En esta época la principal ofrenda en la Acrópolis eran los kores, estatuas de muchachas con vestimentas de vivos colores, joyas, peinados elaborados y la célebre sonrisa arcaica, una sonrisa unas veces misteriosa, enigmática y otras amistosa y graciosa que se encuentra en todas las estatuas del siglo VI a.C.
La pregunta de qué representan exactamente las kores continúa sin respuesta. Algunas quizá sean sacerdotisas o diosas, otras simples muchachas jóvenes. Otro tipo importante de ofrenda eran las estatuas de jinetes, que posiblemente dedicaban a la diosa miembros de la clase de los caballeros (la segunda clase más acomodada de la sociedad ateniense). Se llamaban así porque tenía la suficiencia económica de mantener caballos de guerra. Se relacionan con el culto de Atenea Hipia.
Ofrendas de escribanos
Grupos menores de ofrendas los constituyen los escribanos, que quizá representen a dignatarios (tesoreros o secretarios), las figuras mitológicas, las nikes y los relieves. Entre estos se encuentran diseminadas bastantes bases de ofrendas, muy valiosas por sus inscripciones tallada que nos proporcionan información, como el nombre del donante y el nombre del artista que realizó la ofrenda.
Finalmente, al fondo de esta parte de la sala, el visitante admirará algunas obras posteriores, muestras del estilo severo, el estadio de transición del arte arcaico al clásico.
No tenemos nada en contra de la sonrisa de las kores, pero preferimos dejaros esta imagen, mucho más interesante, y mucho más antigua de Fulvia Plautilla. Se trata de una guapísima emperatriz romana que terminó exiliada en Sicilia y estrangulada por orden de su propio marido.
Si os interesa saber un poco la historia de Grecia, aunque no tengáis conocimientos previos, os recomendamos encarecidamente que leáis «Los griegos» de Isaac Asimov. Aunque es un autor muy conocido por sus obras de ficción era una grandísimo historiador. Nosotros nos hemos leído (completa y varias veces) su colección «Historia Universal Isaac Asimov»). Una auténtica gozada.
Volviendo al Museo de la Acrópolis: El período que en la historia del arte se denomina del estilo severo comienza al final de las Guerra Médicas (480/479 a.C.) y finaliza en la época dorada de la madurez del arte clásico. En estos años las estatuas ya no se mantienen monolíticas y rígidas, como las arcaicas, sino que adquieren un movimiento y una postura más natural, desplazando el peso del cuerpo a una de las piernas, por regla general la izquierda.
La Sala del Partenón
Hay muchas más piezas interesantes que podríamos mencionar, pero preferimos ir al plato fuerte del Museo Arqueológico de Atenas: el Partenón.
En la antesala se pueden ver las reproducciones de los dos frontones del templo, que fueron realizados basándose en los dibujos del escultor austriaco K. Schwerzek (1904) , una maqueta de la Acrópolis de la época clásica y bastantes e interesantes inscripciones. Podemos mencionar el decreto honorífico sobre las Ergastinai, las muchachas atenienses que durante nueve meses tejían y bordaban el peplo para la estatua de Atenea, y el balance de los gastos para la construcción de la estatua crisoelefantina de la Atenea de Fidias que adornaba la naos del Partenón (438 a.C.).

Hay una proyección de un documental cuyo tema es la construcción y la historia del monumento
Ya en la sala propiamente dicha se exponen los frontones (los que se han podido conservar), las metopas y el friso, en originales pero también en vaciados de escayola del siglo XIX.
La exposición es una combinación de esculturas originales con copias en yeso de todas las secciones encontradas en museos y colecciones del exterior (Museo Británico, Louvre, etc.). Se presenta la creación eminentemente clásica del Siglo de Oro, el friso con la procesión Panatenaica, colocado alrededor del núcleo del edificio moderno del museo.
Las composiciones a dos aguas de los espacios triangulares en los lados estrechos del techo, que representan eventos míticos importantes para Atenas, se han reconstruido a partir de sus partes sobrevivientes en pedestales bajos.
La decoración escultórica del Partenón se organiza en tres secciones diferenciadas: las metopas, losas rectangulares con escenas en relieve en la decoración de la columnata exterior, el friso jónico en relieve en la parte superior de los muros de la nave, y el cinturón sobre los entablamentos de las columnas interiores y los frontones, que fueron adornados con composiciones.
Las esculturas, talladas en mármol pentélico y completadas con piezas y colores de metal, son obras maestras de composición y elaboración. El arresto y, en parte, la ejecución se deben al gran escultor Fidias, quien tuvo la supervisión artística de todo el monumento y emprendió la construcción de la estatua de marfil de la virgen de Atenea dentro del templo. En la ejecución colaboraron talentosos escultores, estudiantes de Fidias, como Agorakritos, Alkamenis y otros artesanos que en apenas quince años completaron la obra inmortal.
Las metopas del Partenón
Las 92 metopas adornaban los lados largos del templo. La primera sección de esculturas que se completó y colocó en el período 447-442 a.C. Los temas de las representaciones no se mencionan en las fuentes antiguas. Representan batallas míticas que simbolizaban las luchas victoriosas de los atenienses y se interpretan de la siguiente manera: en el lado este la Batalla de los Gigantes, en el oeste la Batalla de las amazonas, en el norte la caída de Troya y en al sur, la Batalla de los Centauros.

Las figuras de las metopas de los tres lados (excepto el sur) se disfrutaron durante los primeros años de la cristiandad, cuando el Partenón se convirtió en iglesia cristiana y por ello se conservan algunos fragmentos. El resto fueron borrados acusados de paganismo.
El friso del Partenón
El elemento jónico incrustado en el edificio dórico, es la creación más perfecta de la escultura clásica. Consistió en 115 representaciones en relieve con una longitud total de 160 m. Sus miembros son elementos estructurales independientes con un espesor de 60 cm. Se hicieron así para que la escultura pesara menos durante su transporte.
La altura del relieve no supera los 5,5 cm, sin embargo el desempeño en niveles sucesivos da la impresión de profundidad. Los dibujos de Carrey han conservado la representación del friso como estaba en su lugar en 1674 a excepción de 6 piedras de los lados largos, que se habían quitado para hacer las ventanas de la iglesia cristiana formada en el Partenón.
El friso representa la procesión del gran Panathinaikos, que se celebraba cada cuatro años en honor a la diosa Atenea, en su cumpleaños. El acto final de la celebración fue la procesión que transportó a la Acrópolis el nuevo velo de la diosa, bordado con una representación de la Batalla de los Gigantes. Se consideró que el friso representa la primera procesión del Panathinaikos o la primera después de la destrucción persa de la Acrópolis.
Las esculturas de los frontones del Partenón

Las esculturas de los frontones del Partenón están formadas por figuras destacadas, de mayor tamaño que el natural en las escenas centrales, que se van reduciendo gradualmente a los bordes obedeciendo a la forma triangular del frontón. Se considera que Fidias (Pheidias en griego) creó prototipos (modelos) de las obras a pequeña escala. Las esculturas de Agorakritos y Alkamenis fueron talladas y colocadas en el edificio entre 438 y 432 a.C.
Se palpa una alta calidad de diseño y una gran habilidad técnica en el procesamiento. Los temas de las composiciones son el nacimiento de Atenea de la cabeza de su padre Zeus, Eris Atenea y Poseidón para la protección de Atenas.
La mayoría de las esculturas a dos aguas fueron desprendidas y transportadas a Londres por Lord Elgin entre 1801 y 1803, durante el dominio turco, y ahora se encuentran en el Museo Británico. Las esculturas restantes permanecieron en su lugar o cayeron y fueron descubiertas en las excavaciones que tuvieron lugar después de la fundación del estado griego, a partir de 1833, en la Acrópolis. Otras partes se encuentran dispersas en diferentes museos del mundo (como el Louvre). Algunas partes deben permanecer en colecciones privadas o se perdieron durante alguna guerra. Solo las conocemos por los dibujos de J. Carrey.
En el frontón oriental, el centro estaba ocupado por Zeus, Atenea y Hera. A derecha e izquierda, los demás dioses observan el milagro, de pie, sentados o acostados, obedeciendo al espacio triangular del frontón.
Y hasta aquí nuestro resumen del Museo de la Acrópolis de Atenas. Esperamos que te haya gustado ¡nos vemos pronto!
