Olite (también lo puedes encontrar escrito en euskera como Erriberri) es una bellísima ciudad medieval situada a unos 45 km al sur de Pamplona. Fue sede de la corte del antiguo Reino de Navarra, y es famosa por su impresionante palacio real de los siglos XIII y XIV, conocido también como Castillo de Olite. Pulsando aquí puedes reservar una visita guiada por Olite y su castillo con cancelación gratuita. Si sigues nuestro blog sabes que hemos visitado muchísimos castillos por toda Europa, y te aseguramos que este nos ha parecido especialmente bonito. Merece la pena.
Hace casi 100 años (en 1925) las ruinas del Palacio de Olite y la iglesia de Santa María fueron declaradas Monumento Nacional. Desde entonces se inició un ambicioso proyecto de reconstrucción que está llevando bastante más de los 22 años que se tardó en construirlo (que por cierto fue todo un logro para la época).
En la Edad Media muchos peregrinos que hacían el Camino de Santiago se desviaban expresamente para visitar Olite, y es porque el castillo no es su único atractivo. Te lo contamos:
Hoteles en Olite
Olite es una ciudad pequeña con no demasiada oferta de alojamiento. Si puedes permitírtelo puedes alojarte en el Parador Nacional de Olite, donde seguro vas a estar a gusto. Nuestro hotel se encontraba en la misma plaza de Carlos III, y es el segundo mejor valorado de Olite, a un precio más que justo. Te dejamos el enlace aquí. Si ese no está disponible nos hubiéramos alojado en este otro.
No somos exigentes en el alojamiento, cuando viajamos somos de estar poco tiempo en el hotel y aprovechar el tiempo visitando cosas. Valoramos sobre todo el baño, la calidad del colchón, la ubicación y la facilidad para aparcar cerca.
Qué ver y hacer en Olite
El Palacio Real de Olite, huelga decirlo, es uno de los edificios más emblemáticos de Navarra por su belleza y por su historia. Se dice que no había un castillo medieval más lujoso que éste en toda Europa.
1. El Palacio Real de Olite o Castillo Real de Olite
Un viajero alemán del siglo XV, invitado por el rey a pernoctar una noche, dejó escrito en su diario lo siguiente:
«Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas»
Este fragmento todavía se conserva en el British Museum de Londres, y hace referencia a la especial predilección de Carlos III de Navarra por decorar sus estancias con adornos dorados. Por desgracia todo el mobiliario se quemó expresamente para impedir que las tropas de Napoleón se refugiaran en el castillo durante la Guerra de Independencia Española. Algunos historiadores ponen en duda que este fuera el verdadero motivo del incendio, y lo achacan más bien a una excusa del militar Espoz y Mina por un ajuste de cuentas entre facciones navarras.

Ya habíamos visto fotos antes de ir, pero aun así, nos sorprendió su tamaño, que pudimos intuir desde el exterior pero que realmente no pudimos apreciar en su totalidad hasta visitar su interior. Merece la pena una visita guiada.
¿Castillo o palacio de Olite?
Un castillo es una construcción defensiva, y sin duda el Castillo de Olite lo es, pero esta edificación se realizó sobre todo con el propósito de simbolizar el poder y la riqueza de la monarquía navarra. A excepción de la más alta sus espléndidas torres tienen una función meramente decorativa, y podemos encontrar multitud de detalles carísimos y superfluos (como un jardín suspendido a 20 metros de altura o un parque zoológico), por lo que lo más correcto es referirse a ella como Palacio de Olite.
Historia del Palacio de Olite
El primer castillo que hubo en el lugar data del siglo I d.C. y aparece documentado como “palacio de los reyes de Navarra” en documentos del siglo XIII. De esa primera fortaleza romana solo se han conservado los muros exteriores y algunos de sus cimientos, que hoy forman parte del Parador Nacional de Turismo de Olite.

Su agradable clima y posición en un valle arbolado donde poder practicar caza, hizo del Castillo de Olite uno de los lugares favoritos de la dinastía Évreux. Durante los reinados de Felipe III de Navarra, Juana de Valois y también de Carlos II de Navarra, se fueron haciendo mejoras sobre el antiguo castillo o Castillo Viejo (donde se asienta el actual Parador Nacional de Turismo de Olite).
No fue hasta el siglo XV cuando Carlos III el Noble, y Leonor de Trastámara decidieron ampliar el viejo castillo en una verdadero palacio (lo que hoy se conoce como Palacio Nuevo). Y lo hicieron mediante la construcción de nuevos espacios de estilo gótico civil francés, detrás de la iglesia gótica de Santa María (siglo XIII).

El plano del Palacio de Olite en Navarra
Si os fijáis bien en el plano del Castillo de Olite que encontraréis en la zona de exposición, veréis que su planta tiene una forma muy irregular. Esto es debido a que su construcción no atendía a un plan planificado, sino que se iban haciendo añadidos a medida que se le antojaban a los reyes.

En el Palacio Nuevo, las diferentes estancias, las terrazas y una capilla dedicada a San Jorge, se unen mediante galerías y pasillos a los jardines y patios. El lujoso interior suponía un fuerte contraste con el carácter fortificado de sus paredes macizas, con tan solo unas pequeñas aperturas para la luz. Y a su vez, las numerosas torres que coronaban las murallas, formaban (y forman) una elegante silueta del palacio.

La hija de Carlos III, Blanca, esposa del futuro rey de Aragón Juan I, continuó las obras de construcción en Olite. Fue entonces cuando el castillo volvió a convertirse en residencia oficial después de que, en 1515, Navarra pasara a formar parte del Reino de Castilla.
Ruina y deterioro del Castillo de Olite
A pesar de las reparaciones que se iban haciendo de forma continuada, los documentos posteriores nos hablan de un deterioro gradual. Una de las torres se incendió en 1794. Y como hemos dicho, en 1813 durante la Guerra de la Independencia el castillo fue incendiado a propósito. Quedó completamente destruido y sus restos sirvieron de cantera para los vecinos. Todavía pueden verse en las fachadas de algunas casas restos en piedra que antaño formaron parte del castillo.

En 1913 las ruinas pasaron a manos del gobierno provincial y en 1925, para salvar al Palacio Real de Olite de una total destrucción fue declarado Monumento Nacional.
En 1937 estaba previsto que se comenzaran los trabajos de restauración, que debieron de interrumpirse por la Guerra Civil Española. El castillo terminó todavía más dañado. Desde entonces las restauraciones han tratado de ser lo más fieles posibles al original, y se han basado en grabados y dibujos que los viajeros hicieron a lo largo de los siglos. Incluso se conservan inventarios del mobiliario y restos de la decoración que se pueden observar en una sala de exposiciones en la torre del homenaje.
Qué ver en el Castillo de Olite
El Palacio de Olite se divide en tres partes, pero con la entrada solo se visita una de ellas: El Palacio Nuevo. No penséis que es insuficiente, ya que la parte visitable es enorme y el recorrido nos puede tomar tranquilamente una hora y media o dos. si escoges la visita guiada luego tendrás tiempo ilimitado para subir por tu cuenta a las torres (el torreón, la Torre del Homenaje, la Torre de la Atalaya, las Tres Coronas y Cuatro Vientos), desde donde podemos gozar de panorámicas de 360º, y parar a hacer fotos.

Durante la visita se explican los diferentes espacios, de los cuales, nos llamó mucho la atención La Pajarera, un patio donde Carlos III tenía diferentes tipos de aves y donde hoy se están reconstruyendo poco a poco los nidos de éstos, aunque quedan muchísimos de los originales (aunque no datan de la época de Carlos III, sino del siglo XV). Cerca de la Pajarera se encuentra la Morera, un árbol declarado Monumento Natural por su antigüedad.
El jardín del Palacio de Olite
Por otro lado, a capricho de la reina, se mandó construir un jardín colgante a 20 metros de altura que se situó justo en frente de su habitación. Se lo conoce como el jardín de la reina, jardín colgante o de los naranjos. La reina Leonor murió antes de verlo terminado. Está rodeado de un claustro y se mantiene elevado gracias a una enorme construcción de arcos. Estos arcos forman un gigantesca estancia totalmente vacía bajo ella, que no se puede utilizar para nada porque el agua de lluvia y el riego se filtra por las rocas del techo y provoca una gran humedad. En la actualidad, con la tecnología moderna, se ha conseguido instalar un pequeño escenario de teatro y unas gradas.

A los pies del Palacio de Olite, veréis una construcción con forma de huevo. No se trata de una roca sino de un pozo de uso público donde se guardaba la nieve para conservar alimentos. Durante el invierno se alternaban capas de nieve con paja para que se conservara durante el verano.

Nos alucinó el pensar que hubo incluso leones y camellos en un pequeño zoológico dentro del castillo. ¿Os imagináis? había una jirafa, loros, halcones, búfalos africanos, etc. Esto fue posible porque algunos de los reyes de navarra gastaron todos los ingresos del reino en su lujo personal en lugar de gastarlo en guerras. Algo es algo.
El guía, levantando una pequeña trampilla, nos enseñó restos de las antiguas instalaciones de agua corriente originales. Se trajo desde una distancia considerable con el único propósito de regar el jardín, pero no para usarse para el aseo de los reyes.
Os dejamos este vídeo que nos pareció interesante, para que os podáis hacer una idea antes de la visita:
Horarios y precios del Castillo de Olite en Navarra
La visita libre tiene un precio de 3,50 euros por adulto. Nosotros escogimos la visita guiada por 4,90 euros, que merece mucho la pena: es muy completa, con explicaciones muy interesantes y amenas. La diferencia en el precio, la verdad, no es tanta.
Lo que sí que os recomendamos es que compréis la entrada online y con antelación. Nosotros no lo hicimos y cogimos la última visita del día «por los pelos».
Libros sobre la historia de Olite y el Castillo de Olite
En cuanto a libros nos compramos «Historia de Navarra, Antigüedad y Alta Edad Media» e «Historia de Navarra, La Baja Edad Media» (7,50 euros cada uno, una ganga) editados ambos por el Gobierno de Navarra. Muy recomendables.
También nos compramos «Breve Historia de los Reyes de Aragón», de la editorial Delsan-Historia. Es la misma autora de «Historia de la Corona de Aragón» (20 euros), Adela Rubio Calatayud. Estos dos últimos son libros muy densos, con letra pequeña y sin imágenes, por lo que es difícil seguir la narración si no tienes un mapa al lado y estás continuamente revisando árboles genealógicos. Nada que ver con lo que se conoce informalmente como «Historia Universal Asimov» (si la autora de estos libros nos lee por favor que les eche un vistazo).
Y si queréis contextualizar el periodo de la historia de Navarra del Castillo de Olite os recomendamos «La formación medieval de España» (10,30 euros) de Miguel Ángel Ladero Quesada, de Alianza Editorial.
En civitatis.com podéis encontrar actividades interesantes que incluyen la visita de Olite, como éstas que os dejamos a continuación:
2. Plaza de Carlos III y la Torre del Chapitel
La plaza de Carlos III es el lugar de encuentro de los vecinos de la ciudad. Es una plaza alargada que conecta, en sus dos extremos, el Ayuntamiento con el Castillo de Olite. En ella podemos encontrar restaurantes, bares, terrazas, hoteles… y mucho ambiente en temporada alta.

En la plaza de Carlos III pasa bastante desapercibida la Torre del Chapitel, de época romana, palpable en parte de la sillería. Fue una de las puertas a la ciudad, aunque ya no queda mucho de su construcción original.
Con el tiempo, la torre fue sufriendo cambios en su estructura y en su uso. En la época medieval sirvió como torre del mercado, algo de lo que solo se disponía en las ciudades con prestigio. Bajo la designación del rey, servía para controlar las medidas de venta de los granos que entraban en la ciudad. Después sirvió como ayuntamiento hasta que, en el reinado de Carlos III «el Noble», éste la compró y la convirtió en Torre del Reloj. En ella hizo construir con uno de los primeros relojes públicos de la península.
Carlos III y el relojero de Olite
Carlos III contrató al relojero que construyó el reloj para que se quedara a vivir en la ciudad y le diera cuerda cada tres horas. Al final el relojero renunció al trabajo y se marcho. Fue entonces cuando el rey puso la norma que si alguien abandonaba el puesto de relojero perdería «todos sus bienes materiales».

El interior de la torre no se puede visitar, pero tiene algo mucho más util: servicios públicos gratuitos abiertos las 24 horas.
3. Iglesia de Santa María
Desde la plaza de Carlos III podemos dirigimos a otra pequeña y bonita plaza con árboles: la plaza de los Teobaldos. En ella se encuentra la Iglesia de Santa María, adosada al Palacio Real. Se trata de una iglesia muy pequeñita de una sola nave y lo más destacable es su portada gótica, donde se pueden observar restos de su policromía original y su retablo mayor renacentista. La entrada nos costó 1,5 euros por persona.
¿Merece la pena pagar por ver el retablo de Santa María en Olite?
Os recomendamos pagar su entrada solo si realmente os interesa mucho ver el retablo. En nuestra opinión, el interior de la iglesia, no es nada del otro mundo. Este mismo verano hemos estado en Salamanca, Burgos, Jaca, Pamplona, Ávila, Guadalajara, Madrid y Barcelona y en casi todas estas ciudades hemos encontrado iglesias tan o más bonitas que esta con entrada gratuita. Eso sí, nos pareció muy sorprendente el tejado de la iglesia visto desde el Castillo, y la fachada es de gótico navarro, toda una novedad en España cuando se realizó.

4. Iglesia de San Pedro
Es la iglesia más antigua de Olite. Su esbelta e imponente torre gótica de aguja, llama mucho la atención, sobre todo durante la visita al Palacio Real. La iglesia y su torre sobresalen por encima del resto de edificaciones.

Lo más destacable de esta iglesia es su claustro románico de mediados del siglo XIII, que conserva unos capiteles muy logrados, y una portada románica. El interior de la iglesia es una mezcla de estilos arquitectónicos románico, gótico y barroco.
5. Museo del vino
Olite y alrededores es tierra de bodegas y de buen vino. De hecho en la ciudad se encuentran las sedes del Consejo de la Denominación de Origen Navarra, la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA) y la Cofradía del Vino. Y también el Museo del vino de Olite, situado en la misma plaza de los Teobaldos, en el mismo espacio que la oficina de turismo de Olite se encuentra el acceso al museo.
Nosotros no llegamos a entrar por falta de tiempo, así que poco os podemos decir al respecto, pero la verdad es que nos quedamos con las ganas, sobre todo porque leímos que una de las salas del sótano, fue la bodega del Palacio Real y sentíamos curiosidad. Además de que nos gusta un buen vino. Por cierto, en la plaza de Carlos III hay unos misteriosos túneles, cerrados al público por el Covid-19, de los que no se tiene ni idea de qué uso tenían ¿servían para guardar vino?
Otros sitios que visitar cerca del Castillo de Olite
En los alrededores de Olite se encuentran diferentes bodegas visitables, donde se explica la elaboración del vino desde el viñedo hasta el embotellado, además de ofrecer catas y degustaciones.
Otros lugares de interés por la zona son: el recinto amurallado de Rada a unos 20 km al sur de Olite, la ciudad romana de Andelos a unos 32 km de Olite, la villa romana de las Musas de Arellano a unos 55 km, Cerco de Artajona y Ujué, a 20 km. Esta última es visible desde lo alto de la Torre del Homenaje, y el guía nos contó que en la Edad Media utilizaban espejos para enviarse mensajes de una población a otra para avisar si se acercaba un ejército enemigo.
Artajona
Hay una población cercana que también visitamos y que no podéis de ninguna de las maneras perderos: Artajona. Aquí puedes reservar una visita guiada casi gratis. Tiene una muralla impresionante, con un montón de torres muy bien conservadas y una iglesia única en el mundo, que se construyó con una triple función: templo, fortaleza y sobre todo como artefacto para recoger el agua. Podéis ver gratis un vídeo documental justo en la entrada del templo. Apenas hay información del cerco de Artajona en internet, pero los vecinos se están gastando una auténtica fortuna en volver a reconstruir el casco viejo para atraer turismo. Os recomendamos efusivamente el libro «El Cerco de Artajona» editado por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra.
Dónde comer en Olite
Siempre escogemos el lugar donde comer según sus reseñas en internet y la verdad es que nos funciona bastante bien y acertamos prácticamente siempre. Esta vez elegimos comer de menú en el Restaurante Gambarte, donde sirven un menú de comida casera por 15 euros (buena relación calidad-precio). Ideal si buscas comer bien y no estás buscando un restaurante Gourmet. A pesar de tener el restaurante repleto y solo una persona sirviendo las mesas, la atención fue excepcional.