Muy cerca de Mykonos se puede hacer una excursión a la isla de Delos de la que ya os hablamos extensamente en este artículo. Hoy queremos hablaros del teatro de Delos, que dio nombre a uno de los barrios más importantes de la isla más sagrada de Grecia.
¿Cómo era el teatro griego de Delos?
Inicialmente, el escenario del teatro de Delos era de madera y los espectadores se sentaban en la ladera de la colina. La construcción del teatro de piedra comenzó hacia el 296 a. C. y se terminó hacia el año 240 a. C. En el año año 88 a. C. quedó abandonado tras ser arrasada la ciudad.
Cuando comenzó la construcción del teatro, no había casas en los alrededores, pero poco a poco, las casas fueron ascendiendo desde el mar hasta situarse a pocos metros del koilon y la skene. Ahora os explicamos qué significan estas palabrejas:
El koilon de Delos
El koilon es el auditorio semicircular donde se sentaba el público. Descansa sobre un robusto muro de contención de mármol. Está dividido en dos secciones horizontales (diazomata) con 26 y 17 asientos escalonados respectivamente.
El teatro de Delos podían albergar a un total de unos 6.500 espectadores. Esta cifra es indicativa de las grandes multitudes que se congregaban en la isla durante la época festiva, ya que los habitantes permanentes eran aún pocos.
¿Por dónde se entraba al teatro?
Se accedía al koilon por los parodoi, es decir, dos grandes puertas situadas a ambos lados de la orquesta semicircular. También se accedía por otras dos entradas situadas a la altura del pasillo que separaba las dos secciones, o por una última entrada situada en el centro del punto más alto del koilon.
Los asientos de la primera fila (la proedria) son los que mejor se han conservado y los únicos con respaldo, ya que estaban reservados a las personas de honor. La orquesta semicircular, que era la parte principal del teatro, estaba cerrada en su lado recto por la skene, el edificio del escenario y los camerinos, una estructura rectangular, con unas dimensiones externas de 15,26 × 6,64 m., con tres entradas en el lado este y otra en el oeste.
Delante de la skene estaba el proskenion, una columnata de 2,67 m de altura con semicolumnas dóricas entre las que había paneles móviles pintados. Las metopas del entablamento del proskenion estaban decoradas con trípodes en relieve y cabezas de toro (se pueden ver muchas parecidas por toda la isla). Más tarde se añadió un pórtico a los otros tres lados de la skene, de la misma altura que el proskenion, con pilas dóricas cuyas bases se han conservado. El coro se movía en la orquesta semicircular, mientras que los actores actuaban en lo alto del proskenion y en la orquesta.
Los alrededores del teatro
Al suroeste del teatro se conservan vestigios de altares y santuarios dedicados a los dioses Artemisa-Hécate, Apolo, Dioniso, Hermes y Pan.
Destaca el gran depósito de agua del teatro (25,40 X 6,50 m.) en el que se recogía el agua de lluvia que bajaba del koilon a través de un canal que rodeaba el perímetro de la orquesta. En su techo de piedra, sostenido por ocho elegantes arcos de granito, había bocas de pozo de piedra de las que se extraía el agua.
A izquierda y derecha de la calle principal empedrada que lleva del Puerto Sagrado al Teatro de Delos, se encuentra el Barrio del Teatro, el distrito más antiguo de la ciudad antigua. A ambos lados de esta calle irregular y cuesta arriba hay pequeñas tiendas, detrás de las cuales se encuentran casas particulares, os hablamos de ellas en este artículo sobre la isla de Delos. La mayoría de los suelos de mosaico de este barrio se han conservado y son una maravilla.
Nuestra opinión personal del Teatro de Delos
El teatro de Delos no es ni mucho menos el más impresionante de los teatros antiguos que hemos visitado. Debió de ser impresionante pero ha sido desmantelado en gran parte. Imaginaos: una cantera enorme de mármol de primera calidad, con trozos perfectamente cortados y pulidos y situados en una isla deshabitada durante siglos. Lo raro es que hayan quedado restos tan impresionantes hasta hoy en día.
Hasta hace relativamente poco se conservaban unos raíles que llevaban desde el puerto hasta el teatro. Servían para instalar vagonetas con las que poder robar más cómodamente los trozos de mármol. De hecho, en la foto que hemos puesto de cabecera se puede ver a su vez una foto en las que se aprecian.
Hemos podido visitar teatros antiguos como el de Mérida (el teatro romano mejor conservado de España), Pompeya (intacto), Atenas, Roma, Mallorca (vimos un teatro romano diminuto en Pollentia) pero también teatros griegos como el poco conocido de Milos, Taormina (el más bonito de todos en Sicilia) o Siracusa (también en Sicilia). En Turquía también hemos estado en los teatros de Éfeso, Pérgamo, Mileto, Hierápolis (alucinante), Arycanda, Termessos, Side y Aspendos (probablemente el mejor conservado que hemos visto). Todos ellos, y muchos más, son lugares que evocan sensaciones mágicas. Es curioso pensar que en esos mismos asientos, hace miles de años, griegos y romanos rieron, se asustaron, lloraron y disfrutaron de espectáculos.