Llamamos jardines temáticos de Barcelona a los espacios verdes diseñados para ofrecer una experiencia única al visitante de la ciudad condal, siempre centrados en un tema particular. El más famoso posiblemente es el Jardí Botànic de Barcelona (Jardín Botánico de Barcelona), pero hay algunos otros injustamente menos conocidos como el Jardines de Mossèn Costa i Llobera o el Parque de Cervantes. Recorrerlos es un plan perfecto para cuando otras atracciones más populares están cerradas. Eso sí, no son cómodos para carritos de bebé, y si llevas bultos te recomendamos dejarlos en un servicio de guardamaletas, porque suelen tener empinados caminos de tierra.
Jardines de Mossèn Costa i Llobera
Antes de hablaros del Jardí Botànic de Barcelona queremos daros a conocer los maravillosos Jardines de Mossèn Costa i Llobera. ¡Tienen la más extraordinaria colección de cactus de Europa! y lo fuerte es que la mayoría de los que vivimos en Barcelona no lo sabemos.
Están ubicados en la parte sureste de Montjuic, con vista al puerto industrial, estos jardines aprovechan un microclima que permite cultivar al aire libre especies que, en condiciones normales, necesitarían estar protegidos dentro de un invernadero. Y es que crecen cactus y plantas provenientes de zonas desérticas de todo el mundo, en especial de África, América y Australia.
La creación de estos jardines en 1970 permitió comprar la colección Pallanca, de Italia, y así trasplantar ejemplares centenarios que ya habían alcanzado dimensiones considerables. A este patrimonio único se sumó la aportación de Joan Pañella Bonastre, cactófilo catalán, que ha dado nombre a una especie, la Opuntia panellara, estudiada por él.
Los Jardines de Mossèn Costa i Llobera, como el Jardí Botànic de Barcelona, se agarran al terreno inclinado, trabajado para establecer pequeñas plataformas conectadas por caminos estrechos y curvilíneos. La espectacularidad de este universo de cactus y plantas suculentas es indiscutible: conforman un paisaje singular, con ejemplares descomunales, que dan la impresión de entrar en otra dimensión. El suelo es de gravilla gris o rojiza, para facilitar el drenaje.
El jardín Mossèn Costa i Llobera de Barcelona también alberga una importante colección de palmácias, es decir, palmeras de especies muy diversas, algunas excepcionales por la rareza. Aparecen, esparcidas, plantas mediterráneas, tales como algarrobos y olivos, que dialogan muy bien con la adusta caligrafía de los cactus de todo tamaño y geometría: altos como columnas, redondos, con orejas, derechos o tumbados, solitarios o agrupados, hasta 362 especies diferentes. Cada una florece siguiendo su ciclo biológico, con colores particulares y un ritmo escalonado de cromatismo brillante.
Los jardines contienen un homenaje al poeta Costa i Llobera en la escultura El ave de los temporales, de Ros i Bofarull (una referencia al celebre poema de El Pi de Formentor o El Pino de Formentor en castellano), y un recuerdo a la tradición local con la figura realista de La puntaire de Viladomat, trabajando de cara al paisaje del puerto. Una pequeña pérgola pone la nota poética. El recorrido es sorprendente y encantador, no te lo debes perder.
Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
Creados en 1970, los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer están consagrados a las plantas bulbosas y acuáticas, de las que conservan una importante colección. Situados en un terreno triangular e inclinado, están concebidos como un jardín paisajístico de estilo ánguloso, con un predominio de césped y musgo meticulosamente mantenido, que dan ganas de rodar con ellos. Los árboles componen grupos ornamentales, con una combinación de especias con texturas y colores sugerentes.
La estructura central de los jardines es una escalera monumental flanqueada de sucesivas plataformas de agua, cuadrangulares, donde crecen las plantas acuáticas. En la parte inferior hay un lago paisajístico rodeado de árboles de hoja caduca, que se convierten en dorados en otoño y componen una imagen de delicada melancolía.
Las plantas bulbosas están repartidas por todas partes e identificadas con rótulos. Forman parterres y grupos que florecen sucesivamente y dan una nota de cromatismo que se extiende desde primavera hasta otoño. En la parte superior del parque, donde hay un acceso secundario, se encuentra un pequeño bosque ornamental, tejido alrededor de una cascada con rocas. Un puente de estilo vagamente japonés complementa la escena.
Todos los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer están recorridos por caminos pavimentados y escaleras que salvan el desnivel y permiten una paseo relajante. Aromas y colores sorprenden en todo momento. Los árboles, algunos de especies corrientes en la ciudad, crecen aquí majestuosos, no lejos del Jardí Botànic de Barcelona.
Parque de Cervantes y su rosaleda
Este parque tiene dos partes bien diferenciadas, de hecho separadas por una valla: por un lado la rosaleda, excepcional, y por otra el gran parque paisajístico que se prolonga hasta las estribaciones de la ciudad, sobre la Diagonal.
La rosaleda
La rosaleda contiene una colección de hasta 220 variedades de rosas, que suman más de 10.000 plantas, distribuidas en parterres que se escalonan en la vertiente suave del terreno y que descienden desde una bonita pérgola alargada en la parte superior. Estas rosas proceden de todo el mundo, pero existen variedades hijas de la pericia de los cultivadores locales, en particular Camprubí y Pere Dot. Cada una de las variedades tiene nombre propio, en ocasiones como homenaje a personajes reconocidos. En 1995 se bautizó a una nueva flor: la Rosa Barcelona, de color blanco matizado. Todas florecen en su momento, en un proceso sucesivo que va de abril a noviembre, período en el que los jardines están en su esplendor.
Una escultura del valenciano Andreu Alfaro incrementa el valor artístico y cultural de este singular jardín de Barcelona. El parque ha sido restaurado y reordenado recientemente para acoger desde la primavera del Concurso Internacional de Roses Noves de Barcelona.
Parque de Cervantes de Barcelona
El Parque de Cervantes de Barcelona, menos conocido también que el Jardí Botànic de Barcelona, está adosado a la rosaleda, es una gran extensión verde, muy abierta y también con una suave pendiente en el terreno. Está siempre frecuentado por deportistas (ciclistas, corredores, gimnastas) que aprovechan la extensión y la serenidad del paisaje. Varias plazas organizan juegos infantiles, de diversa tipología y muy concurridos. Hay un área de picnic bajo un pinar.
Destacan poderosos algarrobos, muy paisajísticos, en una de las plazas superiores. En el extremo final, el más alejado de la rosaleda, crecen olivos fantásticos. También llama la atención, cuando florece, un ejemplar de Eritrina cresta-galli, que da flores rojas, brillantes, que se enganchan a la madera del tronco y las ramas. El Parque de Cervantes de Barcelona es continuación del paseo de la Diagonal, que viene a morir aquí, y tiene el primer carril bici que se construyó en Barcelona, y seguramente, el más utilizado todavía, sobre todo por las mañanas en días festivos, cuando el sol pega con justicia.
Jardí Botànic de Barcelona o Jardín Botánico de Barcelona
El Jardí Botànic de Barcelona fue creado en 1931, en Montjuic, y en su larga historia ha llegado a reunir más de un millar de especies, con el acento puesto en aquellas que pueden vivir en las zonas de clima mediterráneo. Ha logrado un sólido prestigio en el campo de la investigación y la divulgación botánicas. Sin embargo, las antiguas instalaciones limitaban su crecimiento y capacidad didáctica, de modo que en 1999 se inauguró el nuevo Jardín Botánico de Barcelona, también en Montjuic, pero dotado ahora de un espacio de 15 hectáreas.
Muchos de los ejemplares del antiguo Jardí Botànic de Barcelona fueron trasplantados al nuevo emplazamiento, mientras que las instalaciones antiguas se han reconvertido en vivero y zona de aclimatación, sin acceso público.
¿El Jardín Botánico de Barcelona fue inspiración para la famosa canción «La estatua del Jardín Botánico» de Radio Futura en 1982? Probablemente no. El videoclip (el primero en toda España) se grabó en Cataluña, pero no en Barcelona. Se utilizaron otros espacios en Bagur, Cardedeu, Castelldefels y Olot.
El nuevo Jardí Botànic de Barcelona está consagrado a las especies vegetales provenientes de las cinco zonas homoclimatiques del mundo, que son: la cuenca mediterránea, California, Chile, Australia y Sudáfrica.
Todas comparten las mismas condiciones climatológicas, pero con una variedad de especies muy grande, que a la vez se combinan con las que se adaptan bien a nuestro clima a pesar de pertenecer a áreas geográficas diferentes, como Asia oriental, China y Japón.
En conjunto, el Jardí Botànic de Barcelona tiene 7.000 especies (aunque según donde investigues se eleva esta cifra a 15.000 especies), agrupadas por afinidad ecológica. El terreno está organizado en plataformas triangulares, que permiten salvar el desnivel natural de la montaña y crear pequeños microclimas adecuados para las plantas.
Varios edificios acogen el laboratorio, el centro de investigación, un invernadero, una biblioteca, un auditorio, una sala de exposiciones, talleres o un bar restaurante, etc. Ofrece un amplio abanico de actividades científicas y culturales. Tiene cerca de 800.000 ejemplares que van de los siglos XVII y XVIII hasta nuestros días.
El nuevo Jardí Botànic de Barcelona presenta el aliciente suplementario de ver crecer una obra de esta envergadura, ya que las nuevas plantaciones necesitarán décadas para lograr un desarrollo ideal. Así, se convierte en un observatorio excelente del ritmo de la naturaleza y el proceso de arraigo y crecimiento del mundo vegetal.
Vivero de los Tres Pinos
Situado en Montjuic, el Vivero de los Tres Pinos es el principal centro de gestión de plantas y arbolado del Ayuntamiento de Barcelona, con la reproducción y conserva de especies de todo tipo que se plantan en los parques y jardines de toda Barcelona.
El vivero gestiona más de un millón de unidades de planta al año. También hace funciones de investigación, relacionadas con el grado de adaptación de las especies a las condiciones de vida urbana y con técnicas avanzadas de reproducción, hibridación y prevención de plagas y enfermedades. Esta doble actividad (producción e investigación) tiene un componente didáctico indudable, que aprovechan tanto los alumnos de la Escuela de Jardinería, que realizan prácticas, como los escolares de la ciudad a través de un programa de visitas guiadas y talleres.
El Vivero de los Tres Pinos también está abierto al público en general. Las dimensiones originales eran más reducidas, pero en 1993 se llevó a cabo una ampliación que añadió algunas hectáreas suplementarias, dedicadas básicamente al almacenamiento de plantas destinadas a la plantación en las calles de la ciudad.
Además de los edificios dedicados a la gestión y la investigación, el vivero se organiza en zonas diferenciadas según el tipo de planta que se produce: acuática, de temporada, arbustiva, ornamental, vivaz, trepadora, etc. Esta actividad está enmarcada en un entorno de gran belleza, con rincones atractivos creados expresamente, como el pequeño jardín de homenaje a Petra Kelly, incansable batalladora de la causa ecologista.
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