Hoy vamos a irnos hasta Tanzania, antiguo protectorado británico en el África oriental. Un país donde parece que el tiempo se ha detenido y que ha logrado, con su naturaleza indómita, salvarse de la vulgaridad. Sin duda habrás oído hablar del Parque Nacional del Serengueti, el cráter del Ngorongoro o del Kilimanjaro, pero queremos hablaros en esta ocasión de que ver en Zanzíbar en 7 días (nosotros nos alojamos aquí).
Las 4 actividades más populares que hacer en Zanzíbar son:
- Visitar la playa Nahupenda y a la isla de la prisión.
- Visitar el famosísimo atolón Mnemba
- Nadar con delfines en Tanzania
- Entrar en la cueva Kuza y The Rock
- ¿Qué esperar de un viaje a Tanzania de 7 a 10 días?
- ¿Cómo llegar a Zanzíbar?
- Qué esperar ver Zanzíbar en 7 días
- La capital de Zanzíbar
- La salvación del centro de Stone Town (Tanzania)
- Las maravillosas puertas de Stone Town en Zanzíbar
- Topografía de Ciudad de Zanzíbar
- Qué ver en Zanzíbar ciudad en 7 días
- La princesa Salme de Tanzania
- Los jardines que ver en Zanzíbar en 7 días: Jardines de Jamituri
- Casa o palacio de las Maravillas
- Un pedacito de historia que ver en Zanzíbar en 7 días: Antiguo consulado británico
- Centro cultural Aga Khan
- Destilería de clavo
- el mercado que debes ver en Zanzíbar en 7 días: Mercado de pescado y The Market
- El árbol que debes ver en Zanzíbar en 7 días: The Big Tree
- La catedral católica que ver en Zanzíbar en 7 días: Catedral de Saint-Joseph
- La Iglesia anglicana que ver en Zanzíbar
- Peace Memorial Museum
- Las mezquitas que ver en Zanzíbar en 7 días
- Alrededores de la ciudad que ver en Zanzíbar en 7 días
¿Qué esperar de un viaje a Tanzania de 7 a 10 días?
Inmensas extensiones abrasadas por el sol de África, montañas y volcanes surgidos de las entrañas de la tierra, lagos prehistóricos (como el lago Tanganyika, o el lago Victoria), animales salvajes y libres (algunos en peligro de extinción, como los rinocerontes y los elefantes), manadas de miles de ejemplares (de millones en el caso de los ñúes), pasajes del jardín del Edén, estepas herbáceas, sabanas interminables salpicadas de acacias y baobabs (muy pocos bosques primarios), y todo en un territorio equivalente a dos veces España. Frente a la costa, las islas de Zanzíbar, Pemba y Mafia, perlas oceánicas de sonoridades mágicas, perfumadas de especias e inmersas en la cultura oriental.
Al sur de Kenia y bañada por el océano Índico, Tanzania, hasta comienzos del siglo XIX sólo era un gran espacio blanco en los mapas, un enigma dentro de un continente misterioso. La terra incognita ubi sunt leones («tierra desconocida donde viven los eones»); así designaban los geógrafos de la Edad Media al centro de África.
Tanzania nos remite a los orígenes del hombre (garganta de Olduvai), a las fuentes de la vida. Un safari en Tanzania, además de un viaje por el espacio, es un insólito salto en el tiempo, una incursión en el inolvidable mundo animal.
Los parques de Tanzania, no tan numerosos como en la vecina Kenia, son mucho más extensos (sobre todo el Serengeti). En ellos los animales nacen, crecen y se reproducen en un reino donde el hombre no es más que un huésped de paso, contemplativo y bondadoso (excepto por los cazadores furtivos).
¿Cómo llegar a Zanzíbar?

Es recomendable llegar a Zanzíbar por mar, en barco, como lo hicieron los marinos árabes y persas, los emigrantes indios o los exploradores británicos. No obstante esto para un viajero actual es algo poco realista. Viajar por Tanzania (y por Kenia) por libre es caro y los hoteles no son de demasiada calidad (la comida sí). La opción más inteligente es contratar un viaje organizado que te facilite las cosas y te garantice unos mínimos de calidad.
La compañía Horizonte Paralelo ofrece viajes organizados a Tanzania para grupos, no solo eso, tiene packs cerrados donde se visitan con calma algunas de las maravillas naturales antes mencionadas: Lago Manyara, Serengueti y el Cráter de Ngorongoro. El final de algunos de estos packs es acabar tumbados en las paradisíacas playas de Zanzíbar. Si vas por libre puedes contratar los traslados a Stone Town desde el aeropuerto en España antes de viajar a Tanzania.
El inglés es una lengua ampliamente conocida en Tanzania, pero se hablan más de un centenar de lenguas y dialectos. Pocos países hay en todo África con una mezcla cultural tan enorme. Mejor contratar un guía.
Qué esperar ver Zanzíbar en 7 días
Zanzíbar, como su vecina Pemba, es como una larga balsa de tierra, con playas paradisíacas de arena blanca: lagunas transparentes, palmeras y cocoteros, una vegetación frondosa, plantaciones de especias y de árboles tropicales hasta donde alcanza la vista.
A unos cuarenta kilómetros de la costa oriental de Tanzania, Zanzíbar, tan cercana al continente, parece que le vuelve la espalda. Aquí se solapan varios mundos sobre un fondo africano: un poco de Portugal y de Gran Bretaña, mucho de Arabia y Persia, todo ello envuelto en aromas de la India. Esta isla es un pedazo de oriente que mira al océano Índico. Veinte minutos de vuelo saliendo de Dar es Salam y se pasa a un mundo completamente distinto. Así es Zanzíbar, tierra de nostalgia, antigua joya británica, pero sobre todo santuario de la memoria.
La capital de Zanzíbar
La capital de Zanzíbar se llama Zanzibar Town, Zanzibar City o Ciudad de Zanzíbar. Es una ciudad portuaria de unos 250.000 habitantes (en 2022) bañada por el océano Índico. El casco antiguo, llamado Stone Town, es la parte más bonita y exótica. Tanto, que en 1985 la UNESCO incluyó este casco antiguo entre los cien lugares históricos mundiales a proteger de forma prioritaria.
En cuanto se entra, se retrocede en el tiempo. Un lugar sosegado, despreocupado, que se burla de la aldea global y de la «planetización» de los problemas. Por suerte. Un mundo poético y oriental, literario, novelesco incluso, que no tiene nada de virtual. En esta ciudad laberinto, prima hermana de Lamu (Kenia), las callejas estrechas y tortuosas evocan un paisaje de novela o un decorado de película. Parece que en cualquier rincón uno se va a cruzar con Rimbaud, Joseph Kessel, Stanley o Livingstone (que vivieron aquí). O con un mercader árabe tocado con su turbante, o un traficante de esclavos y marfil armado hasta los dientes.
Tejados de chapa ondulada, terrazas ingeniosamente ventiladas, alminares de mezquitas, templos hindúes llenos de colorido, campanarios de iglesias: también hay que ver la ciudad desde lo alto, subiendo a una azotea elevada. Divisaréis el océano Índico y el puerto, donde se cruzan las velas latinas, los yates de paso, los aerodeslizadores escupiendo su acre humareda junto a los cargueros oxidados e inmóviles. De vez en cuando una palmera despunta en la frescura frondosa de un jardín. Unos cuervos (ya no son tan numerosos como antes) mezclan sus graznidos con las bocinas de las bicicletas, mientras un invisible almuédano salmodia una oración lastimera, que se eleva a los cielos. ¡Es mágico!
La salvación del centro de Stone Town (Tanzania)
Stone Town es muy bonita, pero es una de las ciudades más deterioradas África oriental. Hay que salvar este esplendor en decadencia. Desde 1985, a velocidad de tortuga, el gobierno de Zanzíbar con ayuda económica de la UNESCO está tratando de mejorar el centro.
Primero se limpiaron las calles, quitando los montones de escombros y basura donde acudían bandadas de cuervos estridentes. Hasta fines de la década de 1980 las casas pertenecían al estado, pero éste carecía de medios para mantenerlas y menos aún para restaurarlas. Entonces el gobierno aplicó una política de privatización que dio sus frutos. Decidió vender a bajo precio las casas deterioradas a sus inquilinos a condición de que éstos se comprometieran a rehabilitarlas en un plazo de dos años. Los habitantes de Zanzíbar, que tienen muchos parientes en Omán y Dubai, les pidieron dinero prestado.
La salvación del patrimonio arquitectónico
Gracias a esta liberalización económica, en 1995 se habían salvado unas 300 casas de las 2.500 construidas en los siglos XVIII y XIX por los ricos comerciantes. Algunas se transforman hoy en hoteles coquetones, como la Emerson’s House, propiedad de Emerson Skeens, un psicólogo neoyorquino convertido en hostelero.

Los propietarios no pueden hacer lo que quieren y, en lo que respecta a las paredes, las fachadas y las puertas, deben atenerse a unas normas estrictas. Pero hay que intervenir pronto. Las casas se deterioran deprisa. Las paredes de coral y caliza son atacadas por la lluvia (llueve a cántaros entre marzo y mayo) y por el clima fuertemente saturado de humedad. Otra de sus debilidades son las estructuras de madera de mangle, que son muy frágiles. Por último, hay que salvar un obstáculo psicológico: la desconfianza de los habitantes de Zanzíbar hacia los omaníes (antiguos amos de la isla), expulsados en 1964, que hoy regresan con los bolsillos repletos de dólares para comprar las casas en venta.
Pese a todo, Stone Town se reconcilia con su pasado olvidado. Todos los años, a pesar de la lentitud de la administración, hay viejas casas que se libran de la decrepitud y la ruina. Poco a poco la ciudad fantasma va recuperando su perdido esplendor.
Las maravillosas puertas de Stone Town en Zanzíbar
Las casas de Zanzíbar cautivan a los viajeros. La mayoría de ellas fueron construidas en el siglo XIX, cuando la ciudad era una de las plazas comerciales más ricas del océano Índico.
Las puertas suelen ser muy notables. En la tradición de la isla, la puerta es el elemento primordial de la casa árabe. Cuanto más rico es el propietario de la vivienda, más grande y hermosa debe ser la puerta de su casa. «Dime qué puerta tienes y te diré cuál es tu posición social.» La casa se empezaba a construir por la puerta. El artesano hacía primero el dintel y lo tallaba. Una vez colocado, se construía la casa alrededor. La puerta tradicional es de dos hojas, ambas de teca o madera de sésamo, capaces de resistir la humedad y a prueba de termitas.
Una peculiaridad de las puertas es que cada hoja está erizada de pinchos, que son las puntas de grandes clavos de cobre (algunos miden 15 cm). Esta tradición decorativa tiene un origen defensivo que al parecer procede de la India. En este país, sobre todo en Rajastán, donde la influencia persa es muy grande, las puertas de los palacios están erizadas de enormes y afilados pinchos de hierro. No, no servían para que los faquires hicieran gimnasia, sino para detener las cargas de los elefantes cuando los enemigos intentaban echar abajo las puertas del castillo. En Zanzíbar no hay elefantes (aunque Marco Polo los menciona en el siglo XIII), pero sí clavos decorativos y puertas que cierran por dentro con un cerrojo y por fuera con un grueso candado y una cadena.

La ciudad de las piedras y las puertas
Otra peculiaridad: los dinteles de piedra de coral, estupendamente labrados. Se utilizan dos variedades de coral. El coral blando de los arrecifes para los montantes de las puertas, las bóvedas, los mihrab de las mezquitas y las partes decoradas. El coral terrestre, más duro, sirve para hacer los cimientos y los muros de las casas.
La ciudad debe su nombre, Stone Town, a esta onmipresencia de las piedras de coral en las construcciones. Los principales motivos en los dinteles son espirales enlazadas, peces, flores de loto (símbolo de la perfección y de la reproducción) o de súchiles (símbolo de la salud). También hay dátiles, símbolo de la abundancia para los árabes. A veces, el artesano incluye una aleya del Corán: «A la protección de la casa, del amo y su familia, y a la benevolencia del destino».
Topografía de Ciudad de Zanzíbar
Imaginad una ciudad triangular, con dos lados a la izquierda, que dan al mar, y el otro a la derecha, que es Creek Road.
Creek Road es una avenida larga y ancha (norte-sur) que marca el límite entre la ciudad vieja (Old Stone Town), contenida en el triángulo, y la ciudad moderna (New City), fuera del triángulo, también llamada barrio Michenzani. Old Stone Town es un laberinto de callejuelas tortuosas situado en un cabo (Ras Shangani) que se adentra en el océano Índico. El barrio de Michenzani, al este de Creek Road, no tiene ningún atractivo. Consiste en una serie de bloques de cemento construidos en la década de los sesenta por los alemanes del Este. ¡Es Berlín oriental en el trópico!

Los barrios residenciales (con jardines, por supuesto) están al sur, entre la ciudad y el aeropuerto, a ambos lados de la carretera. En 2022 se está acabando un segundo y nuevo aeropuerto.
Streets y roads: por las calles (streets) no pueden pasar los coches, puesto que son muy estrechas. Cuando permiten el tráfico rodado se llaman carreteras (roads). Por ejemplo: si queréis ir a Baghani Street, tendréis que hacerlo a pie. Si vais a Malawi Road, podéis llegar a esta calle en coche.
Una advertencia: la mayoría de los barrios de la ciudad vieja de Stone Town en Ciudad de Zanzíbar se llaman como la calle mayor que los atraviesa. Por ejemplo, el barrio de Kiponda está atravesado por Kiponda Street. Esto puede originar confusiones si alguien os da una dirección y creéis que se trata de una calle, cuando en realidad es otra calle pero en el barrio del mismo nombre.
Qué ver en Zanzíbar ciudad en 7 días
Casas de la Ciudad de Zanzíbar
Las casas viejas de la Ciudad de Zanzíbar: hay que descubrirlas a pie, sin perderse un detalle. En las 96 hectáreas de Stone Town se concentran 48 mezquitas y 2.500 casas dignas de verse. Son mansiones altivas, espléndidas, ya lo hemos dicho, pero estragadas por el tiempo, la pobreza y la humedad. Los paseantes admiran sus muros decrépitos, que se deterioran lentamente.
Testigos únicos de la época en que los ricos mercaderes árabes ostentaban su poderío, estas casas llaman la atención en primer lugar por sus puertas. Es lo que más salta a la vista.
Con sus marcos de piedra de coral, erizadas de clavos, dan ganas de abrirlas, atravesar la penumbra del umbral y descubrir los secretos que ocultan. Antaño (y todavía hoy) los musharabieh finamente labrados y las celosías protegían a las mujeres de las miradas indiscretas.
En Ciudad Zanzíbar no hay nada frontal ni directo. Todo es delicado, pudoroso. En una fachada desconchada, de pronto sorprende la visión de un mosaico azulado, el banco para discutir asuntos de importancia. Más allá, en un patio solitario, una escalera de caracol conduce a unas galerías superpuestas que parecen suspendidas en el vacío. Unas veces uno cree estar en Venecia, otras en Estambul, en Ispahan o en Bagdad. Así es la magia extraña de esta ciudad. Al caer la noche la magia sigue actuando. El hada electricidad no ha desterrado las viejas lámparas de petróleo. Y el laberinto se pierde en la oscuridad.
Fuerte árabe de Ciudad Zanzíbar
Fuerte árabe (o Fuerte Viejo): justo al lado de la House of Wonders. Después de dos siglos de presencia portuguesa, los árabes de Omán, nuevos señores de la isla, construyeron este fuerte. Derribaron la iglesia portuguesa que había (gesto simbólico) y levantaron una sólida fortaleza de anchos muros. En el siglo XIX sirvió de prisión, antes de convertirse en edificio público. Hoy es la sede del Zanzibar Cultural Centre.
La entrada es gratuita y está abierto de 7 a 18 h. Dentro del recinto hay artesanos que fabrican y venden objetos tradicionales en unos tenderetes, al pie de los gruesos muros. Un pequeño bar, en un rincón sombreado, sirve refrescos a los visitantes agobiados por el calor.
Todos los martes, jueves y sábados, a las 19 h, en un anfiteatro central se celebran espectáculos al aire libre de danza tradicional y conciertos de música africana. ¡No os lo perdáis! Pasaréis un rato agradable bajo el cielo estrellado del océano Índico. Si acudís con tiempo, a las 18 h se sirve un cóctel entre las 18 y las 19 h, a buen precio. Las entradas se sacan en el fuerte.
Palacio del Pueblo
Palacio del Pueblo (People’s Palace/Beit al Sahel): en Mizingani Road. Cerca de la casa de las Maravillas (House of Wonders). Abre todos los días de 9 a 18 h. Los domingos y los lunes cierra a las 15 h. Era el palacio de los sultanes, donde vivieron de 1880 hasta el final de su reinado, en 1964, Después de la revolución de 1964, el palacio de los Sultanes pasó a llamarse palacio del Pueblo. En su interior está el Palace Museum.
Palace Museum
El Palace Museum: con los mismos horarios de apertura que el palacio donde se encuentra palacio del Pueblo. Es un buen museo y merece una visita. Entre otras cosas, os enteraréis de que Zanzíbar estaba más adelantada en el campo diplomático y económico que el resto de África oriental (sobre todo gracias al comercio de marfil, especias y esclavos). Los dos elementos más interesantes del museo son las numerosas habitaciones amuebladas como en la época de los sultanes y la sala dedicada a la princesa Salme (primer piso), por otro nombre Emily Ruete (1844-1924), personaje novelesco de destino original.
La princesa Salme de Tanzania
De origen circasiano, nació en Zanzíbar en el palacio Mtoni (donde vivió siete años) en el seno de una acaudalada familia musulmana en la que se hablaban varias lenguas: persa, turco, circasiano, swahili, árabe, abisinio y nubio. Era hija del príncipe Said. Mujer de carácter, libre y rebelde, conoció a Heinrich Ruete, empleado de una compañía comercial alemana, y se enamoró de él. La princesa se casó con su amado y se marchó de Zanzíbar, lo cual ya era un escándalo en su época. Tuvieron un hijo y dos hijas. Su marido murió joven. Ella se marchó a Alemania, se integró mal que bien en la burguesía europea de su época y se dedicó a contar su vida. Sus memorias, publicadas en 1886, fueron todo un acontecimiento: se trataba de la primera autobiografía escrita por un habitante de Zanzíbar y el primer libro escrito por una mujer del mundo musulmán.
En el segundo piso se pueden ver varias habitaciones en fila amuebladas como en la época en que el sultán vivía aquí con su séquito. Hay cinco muebles de formica que no pegan ni con cola: ¡hasta el mismísimo sultán, en la década de 1960, sucumbió a los encantos de la modernidad! Observad también el viejo ascensor (el primero que se instaló en Zanzíbar) y, al lado, el inodoro con ruedas que usaban el sultán y su esposa, ambos inválidos.
Los jardines que ver en Zanzíbar en 7 días: Jardines de Jamituri
Jardines de Jamituri (Jamituri Gardens): también llamados jardines Forodhani. Situados entre el fuerte árabe y el mar. Un sitio ideal para tomar el aire por la tarde. A última hora los vendedores ponen sus canastos en el suelo con comida, bebidas y chucherías. Se pueden comer pinchos de cordero y de hígado y sopas variadas de cacahuete y especias. Es el paseo preferido de la gente del barrio, sobre todo los domingos.
Casa o palacio de las Maravillas
Casa o palacio de las Maravillas (House of Wonders): a la orilla del mar, a la altura de los Jamituri Gardens. El Beit el-Ayaib es el edificio más grande de Ciudad Zanzíbar. Se distingue inmediatamente por sus columnas blancas, altas y finas, de acero pintado, sus galerías con ventanales y su torre del reloj. Su visión es una visita obligada que ver en Zanzíbar en 7 días.
Construida en 1883 según los planos de un ingeniero de la Navy, es un bello ejemplo de arquitectura colonial, de la época en que se empezaba a combinar el metal y la piedra. El palacio de las Maravillas fue la residencia del sultán Bargash (que reinó de 1870 a 1888). El sultán había vivido en Bombay y, a diferencia de sus austeros predecesores, no ocultaba su afición por el estilo pomposo. Fue la primera casa de Zanzíbar con electricidad y la primera de África oriental con ascensor eléctrico.
Evidentemente, los vecinos se quedaron tan asombrados que la llamaron Beit el-Ayalb, la «casa de las Maravillas». Después de la revolución de 1964, fue el cuartel general de la ASP, el partido político que tomó el poder en la isla, y, desde 1977, del otro partido gobernante. A la entrada destacan dos cañones de bronce portugueses del siglo XVI. Desde hace muy poco alberga el Museo Nacional de Historia y Cultura de Zanzíbar.
Un pedacito de historia que ver en Zanzíbar en 7 días: Antiguo consulado británico
Antiguo consulado británico «The Old British Consulate» sigue en pie. Está a la orilla del mar, junto al orfelinato bajo el que pasa la calle, como en un túnel, y a cien metros del Tembo Hotel. Esta gran mansión fue la sede del muy estratégico consulado británico de Zanzíbar entre 1814 y 1874, edad de oro de la presencia británica en la isla. Era el paso obligado de los exploradores. Aquí fueron recibidos, escuchados y por lo general alentados Speke, Burton, Grant y Stanley, antes de adentrarse en el continente negro. En 1874, el cuerpo de David Livingstone fue velado aquí antes de ser trasladado a Londres para las exequias nacionales en la abadía de Westminster.
Centro cultural Aga Khan
Centro cultural Aga Khan es el antiguo dispensario (Old Dispensary). Una amplia y antigua (1890) casa de Zanzíbar restaurada con buen gusto gracias al mecenazgo del Aga Khan, uno de los hombres más ricos del mundo en su tiempo. Jefe espiritual de los ismailíes, una minoría religiosa del islam, el Aga Khan creó una fundación en Zanzíbar para contribuir a la restauración del patrimonio arquitectónico de Ciudad Zanzíbar. También ayuda mucho a los ismailíes, que son una comunidad muy reducida en la isla. Este hermoso edificio alberga hoy varias tiendas de artesanía y regalos. Vale la pena entrar y admirar su arquitectura interior.
Destilería de clavo
En teoría no se permite entrar, porque está situada en el barrio del puerto y los depósitos. Todo el barrio huele a clavo, una de las principales especias de la isla.
el mercado que debes ver en Zanzíbar en 7 días: Mercado de pescado y The Market
Está el mercado de pescado y The Market (en Creek Road). El mercado de pescado, evidentemente, huele a mar y a pescado, y está en el norte de la ciudad, junto a la entrada al puerto, en un barrio popular y auténtico. Se puede llegar dando un paseo matutino antes de que apriete el calor.
El árbol que debes ver en Zanzíbar en 7 días: The Big Tree
Al lado del centro cultural Aga Khan, en Mizingani Road. Es el árbol más grande de Zanzíbar. Fue plantado en 1911 por el sultán Jalifa. La gente del barrio se reúne a su sombra y es un punto referencia para los marinos.
La catedral católica que ver en Zanzíbar en 7 días: Catedral de Saint-Joseph
La Catedral de Saint-Joseph, en Kenyatta Road. Es de lo más afrancesado. Esta iglesia católica fue construida por misioneros franceses entre 1893 y 1897. El arquitecto es el mismo que proyectó la catedral de Marsella. Todo tiene su explicación.
La Iglesia anglicana que ver en Zanzíbar
Iglesia anglicana en el cruce de Creek Road y Mew Mkunazini. También llamada Cathedral of the Universities Mission in Central Africa (UMCA). Se permiten las visitas. Fue construida en el lugar donde estaba el mercado de esclavos, como para pedir a Dios que perdonara a los hombres por su increíble maldad y para exorcizar los malos espíritus.
Todo lo que debes ver sobre la esclavitud en Zanzíbar en 7 días

En 1861, a petición del explorador David Livingstone, los misioneros anglicanos desembarcaron en Zanzíbar para poner fin a esta práctica vergonzosa y evangelizar el país. La esclavitud se abolió en 1873, el mercado de esclavos dejó de existir y en su lugar se empezó a construir esta iglesia. El sultán de Bargash se alarmó y advirtió a los misioneros de que el edificio no debía superar la altura de la casa de las Maravillas.
El primer oficio fue celebrado por el obispo Steere, que hizo una gran labor para mejorar la suerte de los esclavos liberados. En el interior, el altar marca el lugar del poste donde se azotaba a los esclavos con fines «comerciales». El que gritaba más fuerte era probablemente más débil y su valor disminuía. El baptisterio se encuentra en el lugar preciso donde los negreros de Zanzíbar mataban a los niños de pecho para vender a sus madres. Una ventana está dedicada a la memoria de David Livingstone. La cruz del facistol está tallada en madera del árbol al pie del cual fue enterrado el corazón del explorador, en Chitambo (Zambia).
Peace Memorial Museum
Peace Memorial Museum: conocido también con el nombre de Beit el-Amani, se encuentra al sur de la ciudad, en el cruce de Creek Road con Museum Road. En él se pueden ver objetos y recuerdos relacionados con la historia de Zanzíbar: arqueología, comercio de esclavos y especias, exploradores, misioneros, sultanes… Entre otras cosas se exhibe el botiquín del doctor Livingstone.
Las mezquitas que ver en Zanzíbar en 7 días

Al contrariamente a lo que muchos piensan, las mezquitas de Stone Town (y de Zanzíbar en general) son muy sencillas y sin pretensiones. Hay 48, pero destacan poco en el tejido urbano. La mezquita más antigua de Ciudad Zanzíbar es la mezquita Malindi, junto al puerto (viejo alminar). Las mezquitas más grandes (en tamaño) también se encuentran al norte de la ciudad: la mezquita ljumaa (sunní), la mezquita Iznasheri (chiita) y la mezquita Aga Khan (minoría ismailí). No se permite la entrada a los no musulmanes en las horas de oración. Fuera de estas horas, si se pide permiso con educación y se va decentemente vestido, a veces dejan pasar.
Alrededores de la ciudad que ver en Zanzíbar en 7 días
Casa de Livingstone: al borde de Malawi Road, en la salida noreste de la ciudad, a la derecha de la carretera que va al norte de la isla, a la altura de la bahía de Funguni. Hoy es la sede de la ZTC (Zanzibar Tourist Corporation). Construida en 1860 por el sultán Mayid, esta mansión burguesa de dos plantas fue la residencia de varios exploradores europeos (y también de misioneros) mientras preparaban sus expediciones desde la isla y contrataban porteadores antes de emprender la exploración del continente misterioso y desconocido, o partir en busca de las fuentes del Nilo.
¿Te queda alguna duda de qué cosas ver en Zanzíbar en 7 días? déjanos por favor tu pregunta en los comentarios.