Hoy vamos a hacer un recorrido por los principales atractivos turísticos que ver en la Costa Brava de Girona desde Figueres a Cadaqués, hasta llegar a la punta de Cap de Creus en el norte de la provincia de Girona. Una zona que ofrece una combinación perfecta de atractivos culturales (como el Museo Dalí o el monasterio románico de Sant Pere de Rodes), gastronomía y naturaleza.
- Qué ver en Figueres
- Qué ver en Vilabertran, en la Costa Brava de Girona
- Qué ver en Peralada y su castillo
- Qué ver en la Costa Brava de Girona: Vilajuïga
- Qué ver en el monasterio de Sant Pere de Rodes
- Entrada a Sant Pere de Rodes
- Santa Helena de Rodes en Santa Creu de Rodes
- El castillo de Verdera
- Qué ver en El Port de la Selva en la Costa Brava de Girona
- Qué ver en Cadaqués en la Costa Brava de Girona
- Qué ver en Portlligat en la Costa Brava de Girona
- Que vér en la Costa Brava y Cadaqués sobre Dalí
El cabo de Creus es el lugar donde muere la cordillera pirenaica, y lo hace de manera espectacular: tras una llanura de corto recorrido, vuelve a resurgir en la agreste sierra de Rodes. Luego se precipitarse desde allí hasta el mar creando profundas cavidades en las rocas. Sus playas y sus paisajes hacen de él un lugar muy popular para alquilar casas rurales en Girona.

Ésta es la tierra por antonomasia de la tramontana, el viento del norte que sopla con fuerza legendaria y que tanto inspiró a genios como Salvador Dalí. El cabo de Creus también es la tierra del grandioso monasterio románico de Sant Pere de Rodes, una auténtica maravilla de la arquitectura medieval rodeada de un entorno sobrecogedor.
Qué ver en Figueres
La primera población que ver en la Costa Brava de Girona es una ciudad de interior, Figueres. Capital del Alt Emporda tuvo una fundación relativamente tardía, en 1267, y un siglo más tarde contó con importantes murallas de las que sólo queda una torre, hoy adosada a la casa llamada Torre Galatea. Figueres, aunque es la tierra de algunos de nuestros familiares, nos sabe mal decir que no tiene especiales monumentos históricos, pero a cambio cuenta con dos buenos museos. Uno es el mundialmente conocido Museo Dalí, un edificio de mediados del siglo XIX, rehabilitado en 1968 bajo la dirección del propio pintor, que reúne una buena cantidad de sus obras. La dirección del Museo-Teatro Dalí es Plaza Gala i Salvador Dalí, 5 y el teléfono 972.51.18.00.
El otro museo, mucho menos conocido, es el curioso y encantador Museu del Joguet de Catalunya, que alberga más de 3.500 juguetes variopintos y de muy diversa antigüedad.

Sobre la población, en lo alto de la colina llamada la Muntanyeta, está el castillo de Sant Ferran, un grandísimo edificio del siglo XVIII con fama de ser la mayor fortaleza de Europa.
Qué ver en Vilabertran, en la Costa Brava de Girona
Saliendo de Figueres por la carretera C-252 casi de inmediato nos topamos con Vilabertran, un pequeño pueblo con una iglesia parroquial de lujo, ligeramente apartada de él: Santa María de Vilabertran, perteneciente a un antiguo monasterio agustino construido a finales del siglo XI, aunque a partir de XV se añadieron diferentes partes del conjunto.
La iglesia tiene forma de clásica basílica, con tres naves. La del medio es de bóveda de cañón y las que están a los lados solo tienen un cuarto de esfera. En el lado sur del edificio hay un extraordinario claustro con cuatro galerías porticadas con arcos de medio punto adovelados que descansan alternativamente sobre columnas y pilares rectangulares. Las dependencias que se hallan en torno a él (sala capitular, la cocina y el refectorio) se conservan en perfecto estado y bien merecen una visita. Junto a la iglesia se alza el palacio abacial del siglo XV, un magnífico edificio gótico que también se puede visitar.
La iglesia de Santa María de Vilabertran se puede ver de 10:00h a 13:30h y de 15:00h a 17:30h (de junio a septiembre, hasta las 18:30h). Ofrece una interesante sesión audiovisual sobre la historia y características del templo.
Qué ver en Peralada y su castillo
Siguiendo por la misma carretera, enseguida llegamos a Peralada, preciosa villa que ver en la Costa Brava de Gerona que aún conserva unas espléndidas murallas del siglo XIV y un conjunto medieval de exquisita homogeneidad. Peralada es famosa por su castillo, una joya arquitectónica del siglo XIV, reformado un siglo más tarde en estilo renacentista, que es propiedad privada (y donde hemos estado en alguna ocasión con familiares que viven por la zona).

En sus jardines, y en el anejo convento gótico del Carme, también de propiedad privada, se celebra cada año el famoso Festival Internacional de Música Castillo de Peralada. Puedes visitarlo de julio a septiembre.
La otra gran joya de la localidad es el claustro del antiguo convento dominico de Sant Doménec, demolido hace décadas y del cual sólo se ha salvado esta pieza excepcional. Forma un rectángulo, con siete parejas de columnas en sus lados más largos y seis en los otros. Los capiteles muestran una riquísima decoración escultórica: motivos geométricos y vegetales, figuras humanas en posición estática, escenas de caza e historiadas (una de ellas representa la creación de Adán), leones rampantes, y otros animales mitológicos. Por la rica variedad de sus elementos decorativos y por el alto nivel artístico de los mismos, este claustro es una de las piezas más sobresalientes que ver del románico catalán.
Qué ver en la Costa Brava de Girona: Vilajuïga
Siguiendo la misma carretera C-252, en pocos kilómetros llegamos al cruce con la N-II y, al otro lado, inmediatamente a Vilajuïga, un pequeño pueblo agrupado en torno la iglesia de Sant Feliu, edificio de origen románico (siglo XI) muy transformado posteriormente; de la obra original queda la nave, cubierta con bóveda de cañón, y la portada, presidida por un sencillo tímpano.
Vilajuïga ofrece a sus visitantes un aliciente muy especial: los diversos dólmenes que se encuentran en sus inmediaciones, todos en perfecto estado de conservación. En un paseo de tres cuartos de hora se pueden recorrer todos ellos: el de las Ruines, el de la Carena, la Talaia, el de la Vinya del Rei y el del Garrolar. Un recorrido único que hacer en la Costa Brava de Girona.
Qué ver en el monasterio de Sant Pere de Rodes
Desde Vilajuïga sale una carretera que se enfila por la montaña de Verdera y lleva en muy poco tiempo al monasterio de Sant Pere de Rodes, obra excepcional emplazada en un lugar no menos excepcional que domina con la vista el cabo de Creus y buena parte del golfo de León (golf del Lleó en catalán).
El monasterio de Sant Pere de Rodes tiene una historia que se remonta al siglo IX y es, con diferencia, el mayor conjunto monástico románico que que ver en la Costa Brava de Girona y en toda Cataluña. Sin embargo, el tiempo ha ido acumulando en él construcciones de diferentes épocas, desde las prerrománicas hasta los añadidos góticos del siglo XV. Esto hace de Sant Pere de Rodes un conjunto extraordinario que ver en Gerona.

La parte más antigua del monasterio
Su parte más antigua es la iglesia del siglo X, a la cual se entra por un atrio añadido cien años después; tiene tres naves, separadas por arcos sobre columnas, y una cabecera con dos absidiolas laterales y un grandioso ábside central de planta parabólica, precedido por un arco triunfal de herradura sobre dos columnas esbeltísimas. A un nivel inferior a la iglesia, se encuentra el primitivo atrio, uno de los más antiguo de Europa, formado por grandes arcos de herradura sobre pilares macizos. A nosotros nos impresionó especialmente de entre todas las cosas que ver en la Costa Brava de Gerona.
En el patio de entrada del monasterio de Sant Pere de Rodes se ha reconstruido el claustro del siglo XII, sobre el que se alza el imponente campanario (27 metros de altura), con elementos del siglo X en la base y del siglo XII en la parte superior.

Las dependencias en torno al claustro superior (la sala capitular, el refectorio, la biblioteca) además de las torres del Homenaje y de Sant Miquel, y otros edificios del siglo XVII completan este conjunto excepcional y un tanto laberíntico.
Decadencia de Sant Pere de Rodes
Sant Pere de Rodes fue un centro de peregrinaje de vital importancia en la zona, pero a partir de 1798 con la llegada de las tropas invasoras francesas, tras un largo periodo de decadencia, la comunidad benedictina lo abandonó. Hubo un tremendo expolio (que ha dejado la abadía vacía), pero su extraordinaria altura y su originalidad siguen haciéndola digna de una visita.
Horario de Sant Pere de Rodes
El monasterio está abierto todo el año. Del 1 de octubre al 31 de mayo abre de 10:00h a 17:00h, y del 1 de junio al 30 de septiembre abre de 10:00h a 19:30h. La última entrada permitida para el que quiera ver este monasterio de la costa Brava de Girona es 30 minutos antes del cierre. Los lunes está cerrado, pero abre el resto de la semana, incluso los festivos. Cierra, eso sí, el 25 y 26 de diciembre y el 1 y 6 de enero.
Entrada a Sant Pere de Rodes
La entrada a Sant Pere de Rodes cuesta 5,50 euros para los adultos y 4,50 euros si es reducida (mayores de 65 años, menores de 25 años, pensionistas, adultos acompañados de uno o más niños o discapacitados. La reducida es para estudiantes o profesores (solo 3 euros). Es gratuita si el niño tiene menos de 8 años, personas en paro (que lo puedan acreditar) o si eres profesor.
¡Consejo! puedes entrar GRATIS el último martes de cada mes de octubre a junio.
Servicios de Sant Pere de Rodes
Tiene restaurante y servicios. No se admite la entrada de mascotas, ni bebidas ni comida. Tampoco se permite fumar y no es accesible para personas con silla de ruedas. No se permite la entrada en bañador o bikini si vienes de la playa.
Santa Helena de Rodes en Santa Creu de Rodes
Por encima de Sant Pere de Rodes se esconde otra joya que ver en la costa Brava de Girona, más modesta pero no menos deliciosa: la iglesia prerrománica de Santa Helena (siglo IX), originalmente de una sola nave, ampliada con otras dos laterales en el siglo X, y tres ábsides de forma trapezoidal. Sobre ella hay un campanario troncopiramidal con tres ventanas de arco de herradura. En el interior, el muro sur tiene una magnífica decoración en estuco muy rara de ver en el arte prerrománico.
Santa Creu de Rodes son los restos de una villa medieval donde se encuentra la iglesia de Santa Helena de Rodes. En su día era una villa fortificada donde las casas se construían junto al muro. Eran casas enormes para la época, de 70 u 100 m2, con dos plantas y un corral. Era un lugar habitual donde llegaban y se alojaban ls peregrinos que llegaban al monasterio de Sant Pere de Rodes. Había de todo: posaderos, sastres, panaderos, zapateros, herreros, taberneros, notarios y un buen mercado.
El castillo de Verdera
Todavía más arriba de Santa Helena, en la misma cresta de la sierra de Rodes, quedan los restos del castillo de Verdera (siglo IX y principio del siglo X): el conjunto de murallas que definen su perímetro y los restos de la iglesia de Sant Salvador, que fue capilla del castillo y de la que hoy sólo podemos ver un fragmento del frontis, trozos de los muros laterales y parte de la absidiola norte.
El castillo de Verdera
El castillo se encuentra en el punto más elevado de la sierra de Rodes, a 670 m de altura, desde donde se divisa una panorámica excepcional. Por el gran dominio visual y el difícil acceso, en época medieval fue un enclave de gran valor estratégico y militar.
El castillo se construyó bajo dominio de los condes de Empúries, de los que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión, como cuando hablábamos del castillo de Montgrí. Tuvo un papel relevante en varios conflictos bélicos. Entre los siglos XIV y XV, con la evolución de las técnicas de artillería, la fortaleza perdió su función, y desde el siglo XVI solo quedó como punto de vigilancia para la piratería. Que por cierto fue uno de los motivos para la creación del Camí de Ronda a lo largo de la Costa Brava.
En los alrededores del castillo de Verdera quedan la iglesia de Sant Salvador, y la muralla construida a finales del siglo XIII por el conde Ponç IV de Empúries, uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar de este periodo en Cataluña.
Qué ver en El Port de la Selva en la Costa Brava de Girona
De Sant Pere de Rodes, donde en una ocasión alquilamos una casa rural con piscina climatizada, bajamos por la carretera que lleva a El Port de la Selva (foto de la portada de este artículo). A medio camino podemos ver otros dos dólmenes: el de la Taula dels Lladres, un sepulcro de corredor, y, más abajo, el dolmen de Mores Altes; ambos tienen una antigüedad de más de 5.300 años. Incluso más antiguos del que vimos en las islas Cíes de Vigo o en el Pirineo de Huesca.
Abajo nos espera El Port de la Selva, pequeño pueblo marinero con una interesante iglesia barroca, la de Santa María de les Neus (de las Nieves, del siglo XVIII), que conserva en su interior una talla gótica de piedra, procedente de Sant Pere de Rodes, que representa a San Pedro.
Qué ver en Cadaqués en la Costa Brava de Girona
En El Port de la Selva iniciamos nuestra última etapa del recorrido por una carretera que asciende dando mil vueltas por la Sierra y luego desciende de igual manera hacia Cadaqués. Arriba, en el collado de Perafita, conviene hacer un alto para acercarse al Puig de Bufadors y disfrutar de la amplia panorámica que ofrece del Parque Natural del Cap de Creus.
Cadaqués es un pueblo precioso que ver de la Costa Brava de Girona, situado en el fondo de su bahía: casas inmaculadamente encaladas, pequeñas plazas y calles empedradas con cantos rodados que suben en busca de la iglesia de Santa María (siglo XVI), edificio gótico que preside la villa antigua y conserva en su interior un monumental retablo barroco dedicado a la patrona de la localidad.
Qué ver en Portlligat en la Costa Brava de Girona
Portlligat es casi un apéndice de Cadaqués. Unas cuantas casas pueblan este antiguo refugio de pescadores que se hizo mundialmente famoso porque aquí construyó Dalí una casa de inspiración popular en sus formas, pero con una decoración empapada de arriba abajo con el particular universo onírico del pintor.
De Portlligat al cabo de Creus queda el recorrido más agreste y espectacular del parque natural: tierra áspera, piedras con formas rocambolescas, casi sin árboles y sin más colores que el gris plata de olivo y el oscuro de pizarra en los bancales abandonados. Es un lugar de belleza desoladora, que tiene un último atractivo: la isla de la Massa d’Oros, sola en medio del mar, formando, de hecho, parte de la cordillera de los Pirineos.
Que vér en la Costa Brava y Cadaqués sobre Dalí
Dos de los tres vértices del triángulo daliniano en la comarca del Alt Empordà los forman Figueres y Portlligat; el tercero se encuentra más al sur, en el castillo de Púbol. Dalí creó en su tierra natal espacios que rememoran todavía hoy su genio creativo.
Museo-Teatro Dalí en Figueras
Lo primero que ver sobre Dalí en la Costa Brava y Cadaqués es la sede del Museo-Teatro Dalí, como ya hemos dicho, donde el pintor quiso que permaneciese una amplia muestra de su obra, desde los inicios de su trayectoria artística hasta las creaciones de los últimos años. Primero la cedió a la Generalitat de Cataluña, y más tarde, tras conocer personalmente a Jordi Pujol, por alguna razón decidió cambiar su testamento y cederla al Gobierno de España.
Casa-museo de Portlligat
La segundo que ver sobre Dalí en la Costa Brava y Cadaqués es la casa-museo de Portlligat, lugar donde el artista pasó largas temporadas de su infancia y juventud, es el espacio más personal, creado a partir de unas barracas de pescadores que él y Gala reestructuraron en forma laberíntica y que fueron decorando durante más de cuarenta años.
Púbol
Púbol, en fin, es el espacio de Gala (la mujer de Dalí), donde vivió en los años setenta y a donde, eso dicen, Dalí sólo podía acudir con audiencia previa. Conserva los dibujos y pinturas que regaló a su musa y esposa. Es lo tercero que ver sobre Dalí en la Costa Brava y Cadaqués.