Visitar Conques en Francia es una escapada obligatoria, no solo porque es uno de los pueblos medievales más bonitos que ver en el sur de Francia, sino por ser una parada obligatoria en el Camino de Santiago francés. Puedes maravillarte con la Abbaye de Sainte Foy, con su espectacular tímpano del Juicio Final, o con la estatua de oro del conocido Tesoro de Sainte Foy, de valor incalculable. Es un pueblo de cuento y a pesar de lo minúsculo que es, merece mucho la pena desviarse hasta aquí para pasear por sus estrechas calles empedradas y saborear cada uno de sus rincones.
Además, ¿sabéis que Conques forma parte de una etapa importante del Camino de Santiago francés llamado el Camino de Le Puy? Por ello, si vais a este bonito pueblo de Francia es más que probable que os encontréis unos cuantos peregrinos haciendo parada.
La verdad es que Francia esconde lugares increíbles y cada vez que visitamos el país nos volvemos con ganas de más porque siempre, siempre, supera nuestras expectativas. Ya nos pasó en otra escapada al Valle de Loira (aquí os dejamos nuestro artíuclo sobre Chambord y Chenonceau) y al Valle de Dordoña en el Périgord. De hecho, éste segundo fue el viaje que nos abrió el apetito para continuar conociendo más pueblos del sur de Francia. Así que, por fin se nos presentó la oportunidad de hacer una ruta en coche de 4 días por Midi-Pyrénées, donde visitamos Conques y otros lugares espectaculares de los que también os hablaremos.
Por qué Conques se llama Conques
Algo que siempre nos despierta curiosidad es el origen de los nombres de los sitios y Conques en francés significa “conchas”. ¿Vosotros, por qué pensáis que un pueblo alejado de la costa francesa se llama así? ¿no os pica la curiosidad?
Existen diversas teorías acerca del origen del nombre de Conques: la versión oficial que da la oficina de turismo del pueblo es que se debe a la forma del emplazamiento donde se asienta el pueblo. Dicen tener forma de concha, y es posible que así sea. Nosotros le hemos dado la vuelta al mapa del derecho y del revés y nos cuesta un poco verlo, la verdad, pero si ellos lo dicen, será que es así.
Otra teoría es que Conques se llama así por el símbolo de la vieira del peregrino. Y es que, como os hemos adelantado antes, Conques, está situado en una de las principales vías de peregrinación medieval hacía Compostela más importantes; el camino de Santiago francés conocido como el Camino del Puy o Vía Podiensis, cuyo punto de inicio es la ciudad Puy-en-Velay y llega hasta Roncesvalles donde ya continua por España hasta Galicia.
Esta segunda teoría a nosotros nos ha parecido más bonita y nos gustaría que fuera la buena pero la verdad es que nos hemos quedado con las dudas.
Ahora que ya hemos saciado vuestra curiosidad sobre el nombre de este bonito pueblo francés, vamos allá, a lo importante: a toda la información útil para nuestra visita a Conques.
Visitar Conques
Antes de empezar, y para que os hagáis una idea de la magnitud de su belleza, tenéis que saber que Conques está considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, puesto que está incluído en la lista de la asociación francesa “Les Plus Beaux Villages de France” y denominado como «Grand Site de Midi-Pyrénées«. Y por supuesto es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Dónde está Conques, Francia (mapa)
Conques se encuentra al norte del departamento francés de Aveyron, a unos 30 km al norte de Rodez, y a pesar de encontrarse algo distanciado de las ciudades más accesibles de la región de Midi-Pyrénées en Francia, es uno de los pueblos más visitados y más bonitos de la zona. El pueblo queda oculto entre las montañas del Valle del Lot y esto lo convierte en un lugar aún más único y en una verdadera joya de gran autenticidad.
Por cierto, ya que hemos mencionado el río Lot, aprovechamos para informaros que existen cruceros fluviales de unas 4 noches o hasta 7, pasando por pueblos como St-Cirq Lapopie que visitamos en nuestra anterior escapada al Périgord Noir, y al que tenéis que ir porque es una verdadera maravilla; como Cahors que tiene un puente medieval que quita el hipo o como Puy-l’Évêque al que tenemos unas ganas tremendas de ir y que muy probablemente sea en nuestra próxima escapada a Francia.
Qué ver en Conques
Abbaye de Sainte Foy (o Abadía de Santa Fe)
La Abadía de Sainte-Foy de Conques es un lugar de gran relevancia histórica y espiritualmente importante. Su visita es imprescindible para quien visita este bonito pueblo del sur de Francia durante su ruta por Midi-Pyrénées, ya que se trata de un lugar único gracias a su arquitectura y arte románico medieval.
En la actualidad, la abadía de Sainte-Foy sigue siendo un lugar de peregrinación para los cristianos, para los que recorren el camino de Santiago francés y una atracción turística importante en Francia. Además de la iglesia, se puede visitar el claustro, la sacristía y el tesoro de la abadía, que contiene algunas de las obras de arte más valiosas de la abadía.
Después de nuestro largo viaje a Conques, donde llegamos ya de noche, nos fuimos al hotel a descansar y a coger fuerzas para al día siguiente visitar, en primer lugar por la mañana, la imponente Abadía de Sainte-Foy.
La abadía se puede visitar durante todo el año de lunes a domingo y es gratuita. No se permiten las visitas durante los servicios religiosos.
En la oficina de turismo de Conques, se pueden contratar visitas guiadas pero son todas en francés. En nuestro caso, aunque alguna cosa entendemos, no dominamos el idioma así que preferimos aventurarnos a visitarla por libre. Además, nosotros somos de leer un poco sobre el monumento antes de la visita e incluso la mayoría de veces nos acabamos comprando algún libro sobre sitio en la típica tienda situada a la salida de casi cualquier monumento.
Vidrieras de Pierre Soulages
En el interior de la abadía destacan unas vidrieras modernas que diseñó el pintor Pierre Soulages en 1990, que quiso ser lo más respetuoso posible con el edificio y su entorno y por ello quiso prescindir y alejarse de las vidrieras de colores vivos a las que estamos acostumbrados, decantándose por vidrieras que hicieran pasar la luz de la forma lo más natural posible. Nos parecieron sencillas pero esa sencillez es lo que las hace bonitas.
Nos gustó ese contraste con la arquitectura románica de la abadía, dejando bien claro la época de cada una de las partes. Y esto nos parece algo a agradecer. Somos de la filosofía de que no hace falta hacer pasar lo moderno por algo antiguo; aunque a veces pensemos “esto no pega aquí”, consideramos que siempre es mejor así que algo impostado. ¿Opináis lo mismo? ¿o por el contrario preferís que no se note la restauración de los monumentos?
Tímpano románico del Juicio Final
Lo primero que nos encontramos antes de acceder a la Abadía de Sainte-Foy y que realmente nos dejó un buen rato perplejos, fué el conocido tímpano del Juicio Final que es considerado una obra maestra del arte románico y merece la pena detenerse un buen rato a observar su complejidad y belleza.
El tímpano queda recogido en la arquivolta de medio punto que se encuentra en entrada a la iglesia abacial y representa la escena del Juicio Final en el catolicismo, mediante más de 120 personajes esculpidos. La verdad es que impresiona.
El claustro
La Abadía de Sainte-Foy de Conques estaba antiguamente rodeada al sur y al este por el monasterio que albergaba a una comunidad considerable de monjes de la orden benedictina. El claustro fue construido por Bégon III debajo del transepto sur de la iglesia, y fue sin duda uno de los más bonitos del sur de Francia, pero desapareció casi por completo a principios del siglo XIX debido a la falta de mantenimiento y a que sus materiales se convirtieron en cantera para los habitantes del pueblo.
Lo que queda del claustro hoy
Las únicas partes que se salvaron fueron, al este, dos pequeñas arcadas que se abrían a la antigua sala capitular, y en frente, otras seis arcadas que unían la galería occidental del claustro con el refectorio de los monjes. El resto del claustro que vemos hoy, incluyendo la parte central del mismo, ha sido restaurado de modo que hoy nos resulta más sencillo entender e imaginarnos cómo fue en su día.
En la que fue una de las galerías, ahora se encuentra el edificio moderno que alberga el Tesoro de Conques.
Os recomendamos que os detengáis a observar los capiteles de las columnas que encontraréis en el claustro, incluso de las de las columnas que ya no existen pero que se exhiben en el antiguo refectorio, en la entrada del Tesoro I o en el museo lapidario en el sótano del Tesoro II. La representación de temas de animales, ángeles, guerreros, monjes constructores, de acróbatas…, nos transportan en el tiempo a la sociedad de principios del siglo XI. Con el ticket de entrada al Tesoro también podréis acceder al museo.
La gran piscina del claustro fue reconstruida y restaurada a partir de piezas que habían sido desmontadas cuando se demolió el claustro. Esta piscina, construida con una piedra de tono verde oscuro muy original, desafortunadamente carece de su parte central, lo que la convierte, a pesar de pasar algo desapercibido, en un monumento único en el arte monástico, sin que haya otro similar conocido.
El Tesoro de Conques
El Tesoro está ubicado en el ala sur del claustro de la abadía y se destaca como uno de los cinco grandes tesoros de orfebrería medieval en Europa, siendo el único en Francia que presenta una colección tan rica de objetos de la Alta Edad Media.
Dentro de este conjunto, sobresale de manera prominente la renombrada estatua de la Majestad de Sainte-Foy, que data de los siglos IX y X. Esta estatua está adornada con oro, piedras preciosas y esmaltes. Es importante porque representa el último ejemplo de estatua relicario de ese periodo y es excepcional en Europa. Un tesoro que Conques ha sabido proteger a lo largo de doce siglos.
Puente romano medieval
Este puente es testigo de la historia de Conques a través de los siglos. También se le conoce como el “puente de los peregrinos” por ser cruzado por todo aquellos que recorren esta etapa del Camino de Santiago francés y fue construido en 1410 para cruzar el río Dourdou. Se encuentra en la parte más baja del pueblo y podríamos decir que era la principal puerta de acceso al pueblo.
En un lado del puente empieza Conques y tras cruzar la Porte du Barry, empieza la Rue Charlemagne en el GR 65, el Camino de Santiago francés.
Otros rincones que ver en Conques, Francia
Como ya os hemos adelantado antes, Conques (o Conques en Rouergue) es un pueblo de cuento (sin exagerar), que ha conservado sus calles empedradas de la época, alrededor de la iglesia abacial de Sainte-Foy. Las fachadas de sus casas están construidas con madera entramada y revestidas con arenisca roja como se hacía en la época medieval, y decoradas algunas de ellas con rosas.
Explorar sus calles nos dejó «embobaos», no trasladó a una pequeña ciudad medieval con huellas de arte románico y es que este lugar nos enamoró.
Y como curiosidad, es tal el desnivel del emplazamiento del pueblo que en algunas de la casas de Conques, se entra a través del sótano y se sale por el desván.
A continuación os nombramos algunos de los rincones más importantes del pueblo:
Rue Charlemagne
Se trata de una calle empedrada algo empinada, que va desde la plaza de la iglesia hasta el Puente romano de Conques.
Al principio, a la derecha, hay una hermosa casa del siglo XV con trabajos en ménsulas y vigas de madera en forma de espina de pez. Enfrente, hay una ventana con una columna delgada en medio que la divide en dos (o parteluz).
A través de esta calle acceden al pueblo de Conques todos los peregrinos que recorren este tramo del camino de Santiago francés desde Puy-en-Velay.
Porte du Barry y Fuente románica de Barry
La Porte du Barry es una puerta románica de acceso a Conques. Más allá de esta entrada se encontraba antes la principal zona residencial del pueblo (en occitano, «Barry»). Bajando la calle, unos metros después de la puerta, a la derecha, encontramos la Fuente románica de Barry.
Capilla de San Roque
Hacia el final de la Rue Charlemagne, antes de llegar al puente romano, un camino a la izquierda lleva a un montículo rocoso, sobre la confluencia de los ríos Ouche y el Dourdou. Aquí se encuentra la Chapelle de Saint Roch (Capilla de San Roque), justo en el sitio donde antes se encontraba un antiguo castillo fortificado. Desde aquí, se puede obtener una vista panorámica del pueblo bastante chula.
El distrito del castillo
Justo enfrente de la plaza de la iglesia hay otra pequeña plaza donde convergen varias calles y donde encontramos el Monument aux Morts de Conques, la Fontaine de Mounèdes, una gran cuenca monolítica de granito.
Desde el monumento a los muertos, subiendo en dirección contraria a la iglesia, unos cuantos metros más arriba y ya prácticamente como si fuéramos a dejar Conques, nos encontramos con la Porte de la Vinzelle, románica, por donde pasaban los peregrinos del camino de Santiago francés hacia Compostela al dejar Conques y que tiene una virgen policromada bajo el arco semicircular (siglo XVIII).
Y en este mismo lugar se encuentra el castillo de Humieres, construido por una familia noble en los siglos XV y XVI. Además de su alta torre que domina el pueblo, también podréis observar su curiosa ventana situada en el ángulo de la pared curva.
La Rue Haute (ahora rue Émile Roudié)
La antigua Rue Haute es una de las calles más bonitas que os recomendamos patear en Conques. Iba desde la Porte de la Vinzelle hasta la Porte de Fumouze, al este, que ya no existe (se encontraba justo encima del Centro Cultural).
Si la recorremos nos toparemos con el antiguo hospital de peregrinos: un edificio grande con entrada gótica que tiene una torre central con un techo redondeado.
Y ya llegando al final de la calle, se encuentra el horno común de Conques y un poco más adelante, la fuente románica de Fumouze.
Cementerio de Conques
Otro de los rincones para ver en Conques es el cementerio, más allá del claustro, ubicado sobre las antiguas murallas, donde todavía se puede ver una torreta transformada en una capilla funeraria. No es que sea nada del otro mundo pero nos pareció un cementerio bonito donde merece la pena asomarse.
Miradores para vistas únicas de Conques
Hay varios miradores naturales alrededor de Conques desde los cuales se puede ver el pueblo entero desde diferentes ángulos. Las mejores vistas se encuentran, prácticamente, en los cuatro puntos cardinales, y son los siguientes:
Al sur encontramos el mirador de Bancarel al que podemos llegar siguiendo la carretera dirección Rodez y luego tomando la carretera hacia Montignac. Desde la cruz de piedra, se puede distinguir cada casa del pueblo de Conques que se extiende hacia la parte opuesta del valle de Ouche.
En el norte, la carretera serpenteante ofrece una serie de vistas panorámicas desde donde se observa la abadía-iglesia y los techos de pizarra del pueblo.

Y al oeste, bajando por la Rue Charlemagne antes de llegar al puente romano, ascendiendo a la Chapelle de Saint Roch, tendremos una de las vistas muy bonitas y accesibles a pie sin tener que alejarnos demasiado del pueblo.
Siguiendo en la mismo la dirección pero cruzando y dejando atrás el puente romano, un ascenso sinuoso nos lleva a la capilla de Sainte-Foy, que también ofrece algunas de las panorámicas más bonitas del Conques. Esta capilla también es lugar de paso de los peregrinos que están recorriendo el Camino de Santiago francés. Según marca la tradición, al llegar a la capilla los peregrinos tocan varias veces campana esperando ser afortunados de recibir la respuesta de los monjes.
Mapa de situación de los miradores
Conques y el Camino de Santiago francés
Conques-en-Rouergue se erige en la Via Podiensis o Camino de Le Puy en una de las etapas más importantes del Camino de Santiago francés. Este es el camino de Puy-en-Velay y una de las cuatro rutas principales de la peregrinación a Santiago de Compostela. El pueblo es un gran escenario de peregrinación y de caminantes que siguen este camino señalizado como GR-65.
El Camino de Le Puy (más conocido por Vía Podiensis), es el sendero más antiguo y popular de los Caminos de Santiago en Francia. En los años 950-951, el obispo de Le Puy, , Godescalc, inició este camino hacia la tumba del apóstol Santiago en Compostela, confiando en la protección de la Virgen de Notre-Dame du Puy. Aunque no se conoce la ruta exacta que siguió, sí se sabe que miles de peregrinos medievales lo imitaron, partiendo desde la catedral de Le Puy. Esta ruta atraía a devotos principalmente de Francia central, Suiza, Alemania, Austria, Polonia y Hungría. Monumentos, hospitales de peregrinos testimoniaron el esplendor medieval de esta peregrinación.
La realidad, menos del 10% de los peregrinos recorren este camino de Santiago francés entero: desde Le Puy hasta Santiago (Galicia). Y es que hoy en día ¿Quién dispone de dos meses libres para poder hacer estos 1530 km? La mayoría dividen el trayecto, siendo el tramo más popular de Le Puy a Conques, para los que son necesarios unos 10 días. Otros muchos terminan en Saint-Jean-Pied-de-Port, en la frontera, muy cerca de Roncesvalles (Navarra) donde enlaza con el Camino de Santiago francés en España.
La abadía de Conques acoge desde hace siglos, concretamente desde el siglo XI a los peregrinos, antaño venidos de toda la Europa cristiana para venerar las reliquias de Sainte Foy, seguidos de peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela en Galicia, y hoy de turistas o simples excursionistas en busca de dejarse sorprender por este escenario único.
Querido por los peregrinos, la abadía de Sainte-Foy y el puente medieval de Conques están catalogados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el marco de las rutas de Santiago de Compostela, concretamente en el camino de Santiago francés.
Qué ver cerca de Conques
Existe una cantidad increíble de cosas que hacer en Aveyron pero si no vais a pasar demasiados días y vuestro tiempo es limitado, os recomendamos los siguientes planes para hacer cerca de Conques:
Salles la Source
Este pueblo se encuentra a unos 20 minutos en coche desde Conques y tiene una cascada impresionante en medio del pueblo. No requiere dedicarle mucho tiempo pero os recomendamos hacer una parada, echar un par de fotos y disfrutar de este lugar bastante único.
Belcastel
Belcastel se encuentra a unos 40 km (45 minutos en coche) al sur de Conques. Es otro de los pueblos medievales con encanto del sur de Francia que os recomendamos visitar. Se encuentra en un entorno pintoresco junto al río Aveyron y destaca su castillo impresionante, que en conjunto con sus calles y casas de piedra y su puente antiguo forman un rincón de “otro planeta”.
Viñedo de Marcillac
A tiro de piedra de Conques-en-Rouergue, se encuentra el viñedo de Marcillac, que ofrece paisajes sorprendentes y donde además podemos hacer una degustación del vino D.O de Marcillac.
Château de Bournazel
Se encuentra a unos 30 km al sur (35 min en coche) y es un fascinante castillo renacentista construido en el siglo XVI, que destaca por una arquitectura única que fusiona elementos góticos, renacentistas y de otros estilos. El castillo ha sido recientemente restaurado y si disponéis de tiempo merece una parada.
Estaing
Famoso por su castillo, Estaing es un encantador pueblo ubicado a poco más de 45 minutos en coche al este de Conques, a unos 40 km, conocido por su arquitectura medieval bien conservada y su pintoresco entorno a orillas del río Lot.
Fijeac
Se encuentra a más o menos 1 hora de camino desde Conques hacia el oeste y es un destino atractivo para los amantes de la historia, sobre todo para a aquellos a quienes os apasiona como a Dani, todo lo relacionado con la historia de Egipto.
Y es que en Fijeac nació el famoso explorador egiptólogo Jean-François Champollion, el mismo que consiguió descifrar los jeroglíficos egipcios a partir de la piedra roseta.
Otros sitios destacables cerca de Conques
La zona de Aveyron ya veis que tiene bastante cosa que ofrecer pero esto no acaba aquí, así que si disponéis de suficiente tiempo para recorrer la zona, os animamos a que os apuntéis en la lista de sitios que visitar en el sur de Francia, otros pueblos como Najac, Villefranche-de-Rouergue, Cordes-sur-Ciel, Saint-Cirq-Lapopie, Bouziès, Cahors, la ciudad de Albí y el Castillo de Castelnau-de-Lévis.
Para los amantes de la naturaleza y deportes como la escalada, no os podéis perder las impresionantes Gorges du Tarn (o Gargantas del Tarn).
En realidad podríamos seguir nombrando pero es que no acabaríamos nunca así que mejor lo dejamos para otros artículos.
Información útil para visitar Conques
Cómo llegar a Conques
Conques se encuentra algo alejada y aislada de las principales ciudades de Francia, así que, sin duda alguna, la mejor forma de visitar Conques es disponer de un coche ya sea propio o de alquiler. No solo para llegar hasta este imprescindible lugar sino también para poder moverte con total libertad por la zona para recorrer y descubrir otros pueblos bonitos del sur de Francia.
Nosotros, en esta ocasión, viajamos en nuestro propio coche desde Barcelona, en un trayecto de unas 5 horitas, quizás algo pesado y cansado especialmente al final donde el camino se vuelve más lento y sinuoso. Pero el destino lo vale y volveríamos a hacerlo una y mil veces. Además nuestro viaje era una ruta de 4 días por Midi-Pyrenées que incluiría otros lugares, además de Conques.
También existen otras maneras de llegar a Conques para quien no dispone de coche y sería ir en bus o en taxi desde Rodez. De abril a octubre hay servicio de bus Rodez a Conques (línea 223) a diario. A Rodez se puede llegar en avión o en tren desde las principales ciudades de Francia, como París, Toulouse o Marsella.
Dónde aparcar en Conques, Francia.
De mayo a septiembre, el acceso al pueblo está prohibido en coche, excepto para dejar personas o equipaje en su hotel. Se puede aparcar en los aparcamientos que hay justo en las distintas entradas de Conques. Los aparcamientos son de pago y se paga un precio fijo para todo el día. También hay algunos espacios para personas con discapacidad a las afueras del pueblo.
Hoteles donde dormir en Conques
El pueblo es bastante pequeño y la mayoría de alojamientos están pensados para el peregrino. Aun así se pueden encontrar algunos alojamientos, que en función de la época del año pueden resultar estar llenos. Nosotros pudimos alojarnos en este mini apartamento en Conques.
Nos alojamos dos noches y aunque parezca mentira en un pueblo cómo este, en ningún momento nos cruzamos con los propietarios, ni siquiera para la entrega de llaves, que sacamos nosotros mismos de una caja fuerte en el momento de la llegada. Sin lujos ni nada por el estilo, pero limpio, cómodo y en pleno corazón de Conques. ¡Perfecto!
Restaurantes donde comer en Conques
En Conques no encontraréis muchos restaurantes donde elegir, solo algunos cafés. De hecho, los restaurantes, prácticamente son inexistentes. Nosotros paramos a saborear especialidades regionales en Le comptoir de Germain y la verdad es que todo estaba bastante rico. Sirven tablas de embutidos y quesos de la zona pero nada de comida caliente.
Los peregrinos suelen comer en los comedores de los albergues, por lo que no debe salir a cuenta para los habitantes del pueblo, montar un restaurante.
Por la noche, cogimos el coche y nos fuimos a cenar al Restaurant Chez Marie, cercano pero a las afueras de Conques.
Historia de Conques
La historia de Conques se remonta a la Edad Media. El pueblo siempre ha sido un lugar de espiritualidad, ya contaba antes con un oratorio del siglo V dedicado a Saint-Sauveur pero en el año 730, los sarracenos pasaron por allí y dañaron el oratorio. Posteriormente fue restaurado por Pépin le Bref y más tarde por Carlomagno.
En ese momento, un hombre llamado Dadon fundó un monasterio que seguía las reglas de San Benito y que con los años empezaría a acumular muchas tierras y a convertirse en un lugar próspero durante las dificultades económicas del siglo IX.
A partir de entonces y en la misma época que se descubrió la tumba atribuida al apóstol Santiago en Compostela, a Conques empezaron a llegar multitud de peregrinos porque empezaron a suceder milagros atribuidos a Sainte-Foy, una mártir cristiana de doce años que fue ejecutada en el siglo III en Agen, Francia, y cuyas reliquias habían sido robadas y trasladadas a Conques.
Sin embargo, para Conques, todo empezó en el siglo XI, cuando los monjes emprendedores construyeron una gran abadía sobre los cimientos de una antigua ermita y con el tiempo, la fama de las reliquias de Sainte Foy se extendió por toda Europa, y la abadía se convirtió en un destino de peregrinación muy popular.
Conques, el pueblo, su economía y su gente
A los inicios, parece ser que el monasterio de Conques no tenía mucha población alrededor. A principios del siglo IX, la ciudad principal de la región gobernada por los Carolingios era Montignac, que ya existía en tiempos de los romanos o quizás en la Edad Media temprana, y que hoy es un pequeño pueblo cercano. Sin embargo, doscientos años después, poco después del año mil, el «Libro de los milagros de Santa Foy» revela la existencia de «una ciudad grande, ubicada en la colina sobre el monasterio«. En realidad, en este período, el monasterio se convirtió en un lugar que atraía a la gente de la región. Los monjes no solo ofrecían un mercado decente, sino que el negocio generado por el peregrinaje, con su clientela que siempre cambia, solo podría llevar a un aumento en la población.
Así que el Libro de los milagros menciona un negocio lucrativo de velas y cera en las puertas de la iglesia, e incluso cita a uno de estos «vendedores del templo», un codicioso habitante de la región de Aveyron que se había establecido en Conques. Una de las primeras personas en experimentar uno de los milagros de Santa Foy, el ciego llamado Guibert, antes de recuperar la vista, había elegido el oficio de malabarista, y se sabe que se ganaba bien la vida con ello. Los escultores del claustro usaron a estos artistas callejeros como modelos: de hecho, dos de los capiteles están dedicados a ellos con la imagen de un hombre con un mono, así como a los acróbatas haciendo piruetas.
Otra forma de ganar dinero era alojando a huéspedes en casas privadas o posadas, ya que las órdenes religiosas no podían dar comida y alojamiento a todos los peregrinos. La calle llamada «la Mounédo» (que significa dinero) probablemente debe su nombre a los cambistas y prestamistas que trabajaban allí, mientras que los zapateros se reunían más allá de la «porte de la Vinzelle».
Los monjes benedictinos tenían inquilinos en las tierras donadas y, debido a su redistribución de parte del dinero ofrecido por los peregrinos, también atraían a los pobres y a los mendigos a Conques. Finalmente, en la segunda mitad del siglo XI, la apertura casi simultánea de la iglesia abacial, el claustro y los edificios del convento, junto con la construcción de las murallas de la ciudad, requirió mucha mano de obra. Aunque trabajos especializados, como el corte de piedra o la escultura, eran realizados por equipos especialmente traídos, la contratación de trabajadores, marineros y pastores se realizaba en el lugar.
No existe información sobre cuántas personas vivían en Conques durante el siglo XI. Sin embargo, lo que si se conoce es que en 1341 había alrededor de 730 «casas» en Conques, lo que equivale aproximadamente a 3.000 habitantes, y era la séptima ciudad más importante en Rouergue.
En esa época, Conques ya no era solo un pueblo pequeño, sino que se había convertido en un lugar con características urbanas, con murallas, instituciones municipales (con alcaldes elegidos cada cuatro años) y diversas actividades comerciales.
Parece ser que hacia el finales de la Edad Media, Conques también funcionaba como un mercado regional, intentando reemplazar los ingresos proporcionados por los peregrinajes que ya estaban disminuyendo.
El rey Carlos VII autorizó la realización de una feria anual y un mercado semanal los lunes. El mercado cubierto con sus básculas para pesar granos, que estaban incrustadas en la pared, existió hasta finales del siglo pasado, donde hoy en día se encuentra el «monument aux morts». Desde 1326, también había una báscula pública para pesar el maíz que se llevaba a los molinos en Ouche o Dourdou.
Los cónsules utilizaban los ingresos obtenidos de los impuestos por el pesaje para mantener las carreteras y puentes. La secularización del monasterio en 1537 aparentemente no afectó negativamente la prosperidad de la ciudad. Al contrario, los canónigos de Santa Foy, al ya no tener el voto de pobreza, recibían un ingreso sustancial y se convirtieron en una clientela selecta para los comerciantes y artesanos de Conques.
Desafortunadamente, tiempos difíciles se avecinaban. Después de un incendio causado por protestantes en 1568, que destruyó parte del pueblo, hubo hambruna y epidemias. La plaga de 1628 causó una gran cantidad de muertes, y durante algún tiempo los habitantes buscaban refugio en los cobertizos para secar castañas en el bosque. A medida que avanzaba el tiempo, la población disminuyó debido a malas cosechas y alta mortalidad. En 1771, el párroco informó que muchas familias pasaban sin pan y había muchos inválidos y mendigos en la parroquia.
Con el tiempo, la población de Conques disminuyó considerablemente. A mediados del siglo XVIII, había menos de mil habitantes, y antes de la Revolución en 1789, sólo había seiscientos treinta. La vida en Conques no era del todo mala, ya que hubo construcción y algunos profesionales, pero la mayoría de la población eran viticultores, trabajadores agrícolas y mendigos.
Durante la Revolución, la situación empeoró. El decreto de la Asamblea Constitucional que abolía todas las órdenes religiosas en Francia afectó al pueblo, ya que los veintidós canónigos tuvieron que separarse. Los canónigos habían financiado la iglesia, la escuela y el hospicio, y su partida dejó un vacío económico.
En el siglo XX, Conques sufrió el éxodo rural y su población se redujo aún más. Ahora depende en gran medida del turismo y su función como centro del cantón. La disposición urbana de Conques, en forma de arco de círculo, es resultado de las rutas de peregrinación y otras vías que se cruzan en forma de Y. En su interior, calles empinadas se cruzan con las principales carreteras, creando una trama densa de casas.
La plaza de la iglesia, un espacio público importante, también es plano y rectangular. Conques ha pasado por muchas etapas a lo largo de su historia, y a pesar de las dificultades, sigue siendo un lugar especial en la actualidad.