Tuvimos la suerte de visitar Ámsterdam justo antes de la pandemia, en un largo viaje en coche que incluía parte de Bélgica y Holanda. Hoy nos vamos a centrar en qué ver en Ámsterdam en 3 días, que es el tiempo que consideramos necesario para ver bien la ciudad.
- Riiksmuseum (Museo Nacional de Ámsterdam)
- Casa de Anna Frank
- Qué ver en el Museo Van Gogh en Ámsterdam
- Otro barrio imprescindible que ver en Ámsterdam en 3 días: Jordaan
- El estadio que tienes que ver en Ámsterdam en 3 días: Johan Cruyff Arena
- Historia de Ámsterdam
- El origen de Ámsterdam
- La Edad Media en Ámsterdam
- La Liga Hanseática
- La época del dominio español en Ámsterdam
- La Edad de Oro de Ámsterdam y la expansión colonial
- Ámsterdam y los sefarditas
- El desarrollo urbano de Ámsterdam
- Las guerras con Inglaterra
- Las Guerras Napoleónicas
- La monarquía holandesa
- Ámsterdam en el siglo XX
- Una última petición sobre qué ver en Ámsterdam en 3 días
- Planifica tu viaje

Riiksmuseum (Museo Nacional de Ámsterdam)
La primera cosa que ver en Ámsterdam en 3 días: El Rijksmuseum es el mayor del país y una de las mejores pinacotecas del mundo. No vamos a decir que está al nivel del Museo del Prado de Madrid pero es una maravilla. Es una visita que no debéis perderos en vuestro viaje, de hecho es el monumento más visitado de Ámsterdam.
Está dedicado a la pintura holandesa de los siglos XV a XIX y alberga las principales obras del Siglo de Oro. Además de las obras de arte de El Bosco, Brueghel, Vermeer -aquí se puede admirar su famosa Pinche de cocina o Mujer vertiendo leche-, etcétera, acoge la celebérrima Ronda Nocturna de Rembrandt.
La construcción del Museo se encargó a Cuypers, quien lo terminó en 1885. La inauguración coincidió con la recuperación y la nueva estima que adquirió entre la crítica mundial la entonces completamente arrinconada obra Vermeer, el más puntilloso y pulcro de los pintores holandeses.
Sin embargo, el diseño del Rijksmuseum provocó en su época un monumental escándalo por parte de la comunidad protestante, a causa de su cierta tendencia neogótica, más identificada con el catolicismo. En la fachada distinguiréis motivos de las artes holandesas, del coleccionismo, de los albañiles, de la pintura y del mecenazgo.

Qué ver en Ámsterdam en 3 días. ¿Dónde está el Riiksmuseum?
El Museo Nacional de Ámsterdam o Riiksmuseum se encuentra en la calle Stadhouderskade 42, dentro del Barrio de los museos (Museumkwartier). Es algo que tienes que ver en Ámsterdam en 3 días.
¿Cómo llegar al Riiksmuseum?
Para llegar allí tienes que coger los tranvías 2, 5, 6, 7 y 10.
¿Qué horario tiene el Riiksmuseum?
Abre todos los días de 10 a 17 horas. Previo pago.
¿Cuánto vale la entrada al Riiksmuseum?
La entrada al Riiksmuseum vale de 42,73 euros (actualizado en 2022). Las visitas guiadas no llegan a 3 euros.
Qué ver en el Riiksmuseum de Ámsterdam
El Rijksmuseum es uno de los grandes museos del mundo, pero podréis recorrerlo en una mañana completa si no os detenéis demasiado en las obras menores. Lo más importante, lo imprescindible que no debéis obviar si vais con prisa, son las salas de los grandes genios holandeses del siglo XVII.
Sótano: En el ala derecha según se entra aparecen las salas dedicadas a las artesanías orientales, bronces, cerámicas y porcelanas procedentes de India, Camboya, Indonesia, Japón y China.
En el centro veréis magníficas muestras de la famosa porcelana holandesa del siglo XVIII, otra de las mejores cosas que ver en Ámsterdam, muebles napoleónicos, series de bordados y vestidos y muestras del modernismo y del art nouveau.
Planta baja: Alberga el Gabinete de los Grabados, donde se exhiben miles de grabados y dibujos, muchos de Rembrand, parte del museo contiene también muestras de la famosa cerámica de Delft (sala 175 y 255, en el primer piso) y las Casas de Muñecas (sala 162).
Antes de llegar al Gabinete de Grabados están las salas dedicadas a la pintura del siglo XVI y al mundo islámico.
En la otra sala de esta planta baja podéis dar un repaso a la historia de Holanda a través de numerosos cuadros y objetos, desde la Prehistoria hasta la Segunda Guerra Mundial; el colonialismo, pasando por la presencia naval de los holandeses en los mares de casi todo el mundo y sus enfrentamientos con otros imperios.
Primer piso: Además de un cine y una tienda de recuerdos, la primera planta está dedicada fundamentalmente a la pintura del XVII. La sala 224 exhibe La ronda nocturna de Rembrandt y en el mismo piso podéis admirar Mujer leyendo una carta y Pinche de cocina de Vermeer, el Paisaje invernal con patinadores de Avercamp y varios retratos. Un esquema de esta planta es el siguiente:
- Sala 211, 229, 230: obras de Rembrandt, que comparte el espacio con Maes (s. XVI).
- Sala 209: Frans Hals y otros.
- Habitación 214: obras de Salomón Ruisdael.
- Sala 222: Jan Vermeer de Delft.
Casa de Anna Frank
La Casa de Ana Frank, como su propio nombre indica, fue el lugar donde vivió oculta una niña judía durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Está en todos las guías de qué ver en Ámsterdam en 3 días. Fue salvajemente asesinada por los nazis en los campos de exterminio pocas semanas de acabar la guerra. Su diario, encontrado por su padre tras su muerte, es el libro holandés más famoso del mundo.

¿Quién era Anna Frank?
Anna Frank nació en Francfort, de donde tuvo que huir a Ámsterdam con su familia cuando empezó el acoso de los nazis a los judíos en Alemania. Con la ocupación alemana de Ámsterdam, su familia y cuatro amigos -en total ocho personas- se escondieron en el desván de la vivienda (al que se accedía por una falsa librería) al recibir uno de ellos la orden de presentarse ante las nuevas autoridades. Anna tenía entonces 14 años y durante dos todos pudieron pasar desapercibidos, con ayuda de algunos vecinos que les facilitaron alimentos. Durante su reclusión escribió un bello y triste diario, un canto a la libertad, que se ha convertido en el libro más traducido de un autor holandés.
“Cuando pienso en cómo vivíamos en 1942, todo me parece irreal. Aquella (Anna) era una persona completamente distinta de esta juiciosa Anna. ¡Qué vida tan estupenda! Tenía pretendientes a montones, más de veinte amigas y era el ojito derecho de casi todos los profesores”.
Anna Frank
Dos años más tarde, otro vecino -cuya identidad nunca se conoció- denunció a los nazis al grupo de escondidos. La madre, hermana, los tíos, los amigos y la propia Anna Frank murieron en los campos de exterminio de Hitler. La guerra acabó solo dos meses después. Su padre, el único superviviente, encontró el diario de Anna entre los papeles que los alemanes dejaron tras el saqueo y la rapiña de la casa.
El escondite ha quedado y se ha reconstruido fielmente como testimonio de la barbarie a la que puede llegar el ser humano. Desde la Segunda Guerra Mundial es una de las cosas imprescindibles que ver en Ámsterdam en 3 días.
Las notas que iba recogiendo Anna fueron publicadas en 1947 y hoy siguen constituyendo un gran éxito editorial con ediciones en casi todas las lenguas del mundo. Normalmente hay bastante cola para acceder a la casa. En la placita de la Westerkerk se halla la estatua dedicada a esta niña.
En Westermarkt con Keizersgracht se encuentra también el Monumento al homosexual (Egalantiersgracht 107). Cruzando el Prinsengracht, a diez minutos de la Casa de Anna Frank, se encuentra uno de los rincones más tranquilos del Jordaan: Un asilo de pobres y desamparados con su patio, un hofje, de los siglos XVI y XVII.
Qué ver en Ámsterdam en 3 días. ¿Dónde está la Casa de Anna Frank?
La casa museo de Anna Frank está en el barrio del Jordaan, en Prinsengracht 263, pero la entrada está a la vuelta de la esquina (Westermarkt 20).
¿Cómo llegar a la Casa de Anna Frank?
La mejor manera de llegar a la Casa de Anna Frank es cogiendo los tranvías 13, 14 y 17, parada “Westermarkt”. No hay más de 20 minutos a pie de la Estación Central de trenes.
¿Qué horario tiene la Casa de Anna Frank?
Si estás dudando sobre qué ver en Ámsterdam en 3 días no tienes excusa: El museo abre todos los días del año, sin excepción, de 9:00h a 17:00h. En verano se alarga hasta las 19:00h. Tiene un horario especial el 1 de enero: de 12:00h a 22:00h. Puedes estar en el museo tanto tiempo como quieras, pero una hora para la mayoría de la gente es suficiente.
¿Cuánto vale la entrada a la Casa de Anna Frank?
La entrada al museo vale 14 euros los adultos, 7 euros los niños (de 10 a 17 años) y 1 euro hasta los 9 años. Aparte hay que pagar 1 euro si reservas la entrada con antelación. Es caro, pero es de las cosas imprescindibles que ver en Ámsterdam.
¿El Museo de Anna Frank es accesible a personas con movilidad reducida?
La Casa de Ana Frank es muy antigua y tiene escaleras empinadas. Por desgracia las personas con movilidad reducida o con dificultades para subir escaleras solo podrán ver la parte nueva del museo. A 40 metros de la entrada del museo (calle Westermarkt) hay un aparcamiento para personas con movilidad reducida.
No se permite la entrada de perros guía por lo empinado de las escaleras.
Qué ver en el Museo Van Gogh en Ámsterdam
Es otra de las visitas imprescindibles que ver en Ámsterdam. Contiene cerca de 200 de los cuadros y 500 dibujos del inmortal pintor y de las propias obras de su colección de arte, todo ello reunido por su hermano Theo cuando el genio murió en París en 1890 sin haber vendido un cuadro en su vida. Sobrevivió decorando puertas o pintando retratos a cambio de saldar sus deudas en restaurantes de París y Arles.
El edificio abrió sus puertas en 1973 y en 1999 sufrió una renovación con la apertura de una nueva sala.
Además de sus famosas obras, como Habitación en Arles (1888), La siega, del mismo año; Los girasoles, Comedores de patatas, Cuervos en el trigal, sus autorretratos y su época oscura -antes de la llegada a París, donde quedó deslumbrado por las tendencias impresionistas de aquellos días-, en la planta superior se muestran tres de sus obras influenciadas por el arte japonés -que fascinó a Van Gogh– y su colección de dibujos de artistas de este país.
Si os gusta mucho la obra de Van Gogh os recomendamos encarecidamente visitar el Museo de Orsay (en París), probablemente el museo que más nos ha gustado del mundo.

¿Dónde está el Museo Van Gogh?
La dirección del Museo Van Gogh Paulus Potterstraat 7 (Ámsterdam).
¿Cómo llegar el Museo Van Gogh?
Para llegar el Museo Van Gogh hay que bajarse en la parada Van Baerlestraat, a la que se llega desde los tranvías 2, 5 o 12, o también queda cerca la parada Museumplein (tranvías 3, 5 o 12). Se puede llegar en autobús con las líneas 347 y 357.
¿Qué horario el Museo Van Gogh?
El horario del Museo Van Gogh varía dependiendo de la época del año y del día de la semana. Cambia con frecuencia, así que mejor consultarlo en la web oficial. No se pueden dejar equipajes dentro (como por ejemplo en el Museo del Louvre de París).
¿Cuánto vale el Museo Van Gogh?
La entrada de los adultos cuesta con visita guiada multimedia 22 euros, sin visita guiada 19 euros y los menores de 18 años (incluido niños muy pequeños) 17 euros.
¿El Museo Van Gogh es accesible a personas con movilidad reducida?
Los visitantes en silla de ruedas tienen obligatoriamente que comprar una entrada online para el museo, porque con la entrada les incluye una segunda entrada para el acompañante que les ayude a moverse. Este segundo acompañante entra gratis y además con audioguía (no se puede hacer la reserva online de la entrada del acompañante, se da por hecho).
Otro barrio imprescindible que ver en Ámsterdam en 3 días: Jordaan
El Jordaan se extiende entre Browersgracht y Rozengracht, y entre Prinsengracht y Lijnbaansgracht. Es una consecuencia del ensanche urbanístico del siglo XVIII y de la necesidad de concentrar las industrias manufactureras y los almacenes en una zona que fue obrera hasta la posguerra. Hoy es el barrio de los bohemios y de los lugares pintorescos. Si paseáis a lo largo del último de los canales citados observaréis cómo se lo montan algunos amsterdameses y artistas para vivir sobre el agua, en las chalanas más extrañas y llamativas.
En sus orígenes era un barrio con un buen número de almacenes, hoy convertidos en lujosos apartamentos, y fábricas de cerveza. Aquí nació el movimiento de los provos, que se enfrentaría al Ayuntamiento amsterdamés en la década de los setenta.
Westerkerk, la Iglesia del Oeste que tienes que ver en Ámsterdam en 3 días
La dirección exacta de Westerkerk es Prisengracht 281. A la torre se puede subir los martes, miércoles, viernes y sábados entre las 14 y las 17h. Los del Jordaan consideran esta iglesia como suya, aunque en los mismos límites del barrio. Se levanta a unos metros de la Casa de Anna Frank, de la que hemos hablado antes, y de su escultura.
La torre de la Westerkerk mide 85 metros, coronados por la bola imperial de Maximiliano de Austria, vencedor de los turcos que llegaron a las puertas de Viena. Fue ofrecida simbólicamente a la ciudad en agradecimiento a sus servicios en 1489. Buena parte de la urbe se difumina bajo las alturas de este símbolo de todos los amsterdameses.
La Iglesia del Oeste abrió sus puertas por primera vez un domingo de Pentecostés del año 1631 y se construyó según los proyectos de Hendrick de Keysser, uno de los mejores arquitectos con que ha contado la ciudad y que no llegó a ver terminada su obra. Su hijo Pieter de Keysser y Cornelius Danckert, un excepcional pintor del Siglo de Oro, continuaron los trabajos, que terminaron en 1638.
Es una mezcla de reminiscencias góticas. Fijaos en las ojivas y del llamado «Renacimiento holandés». Destaca poderosamente su torre, el pináculo más alto de la ciudad; las campanas son las más pesadas de la Amsterdam (7.500 kg). Como en otros campanarios de la ciudad no falta ni el gallo, ni las omnipresentes Cruces de San Andrés. Un bonito carillón suena todos los jueves a las 12h o a las 13h. El interior alberga un órgano del XVIII con el que se programan diversos conciertos.
Es una de las iglesias protestantes más antiguas que ver en Ámsterdam y la más monumental de cuantas provienen de la Reforma. Aunque no se sabe dónde, lo cierto es que Rembrandt fue sepultado en esta planta rectangular. Si se atiende al registro de difuntos, murió arruinado y olvidado en 1669 y sus restos se depositaron aquí un ocho de octubre. Pero veinte años después fueron removidos y trasladados quizá a otra tumba de la misma iglesia.
A unos metros de esta iglesia, en el seis de Westermarkt, vivió un tiempo René Descartes.
El estadio que tienes que ver en Ámsterdam en 3 días: Johan Cruyff Arena
Los que sois futboleros no podéis dejar la ocasión de visitar el Johan Cruyff Arena, el Ajax de Ámsterdam. Aquí se disputan la mayoría de partidos de la selección de Holanda porque tiene casi 55.000 asientos.
Hasta 2018 se conocía solo como «el Arena», pero al morir Johan Cruyff se le añadió el nombre. Nosotros que vivimos en Barcelona, la ciudad donde Johan tuvo sus mayores éxitos, no hemos vivido la pasión que aquí se demuestra. La imagen del futbolista es onmipresente en todas las tiendas de recuerdos de la ciudad y en el propio estadio.
Según una popular empresa de tragamonedas, el coste de la reforma del estadio en 1996 costó cerca de 140 millones de euros. Muy lejos de los 575 millones que costará la reforma del Santiago Bernabéu.
Historia de Ámsterdam
Si sois lectores habituales de nuestro blog ya sabéis que nos gusta mucho estudiar la historia de los lugares que visitamos, así que os hemos preparado un resumen de la historia de Ámsterdam. Si queréis saber más os dejamos un libro altamente recomendable (en inglés): «A Millennium of Amsterdam», escrito por un tal Fred Feddes, de la editorial THOTH. Lo compramos en una librería cerca de nuestro albergue por 29,90€.
El origen de Ámsterdam
Las primeras menciones históricas sobre los Países Bajos datan del siglo I antes de Cristo, cuando las legiones romanas al mando de Julio César conquistaron un territorio ocupado por una tribu germánica, los frisones, y otras de origen celta.
La Edad Media en Ámsterdam
Los francos terminaron por establecer un poderoso reino en la antigua Galia y en lo que hoy es el Benelux y parte de Alemania. El territorio alcanzó su cénit bajo la corona de Carlomagno en el siglo IX. Pero a la muerte del emperador, la actual Holanda pasó a formar parte, primero de Lotaringia y después, en el año 925, del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras las poblaciones costeras comenzaban a organizarse para defenderse de las incursiones vikingas. También los comerciantes se dieron cuenta de la necesidad de unirse en gremios en cada ciudad y organizarse para su actividad mercantil, lo que derivó en el nacimiento de centros urbanos de una gran importancia económica y fieles al señor o señores feudales que les convenía. Hacia el año 1200, una aldea de pescadores -la futura Ámsterdam empezaba a emerger a orillas del río Amstel, en una zona pantanosa.
El primer documento conocido que tienes que ver en Ámsterdam hace referencia a la antigua Amstellodamme, está fechado a 1275 y plasma la exención de pago de peajes y la total libertad de paso por sus tierras para los habitantes de la población, garantizadas por el conde Floris V de Holanda. Con esta medida, el conde -cuyo poder se centraba sobre todo en La Haya- pretendía sustraer a la ciudad de la influencia del arzobispo de Utrecht. Floris V fue asesinado en 1296 por su rival Gjisbrecht van Amstel, alertado ante el auge que podía cobrar la villa, por lo que decidió hacerse con el poder y otorgó a Ámsterdam el estatuto de ciudad en el año 1300.
La comunidad fue a partir de entonces responsable de su propio gobierno y éste se conservó durante muchos años en poder de un pequeño grupo de familias patricias. Una milicia urbana se encargaba de la defensa del burgo y del mantenimiento del orden público, pero sólo los ricos podían pertenecer a ella, pues cada miembro debía costear su mantenimiento.
La iglesia más antigua (que tienes que ver en Ámsterdam): Oude Kerk.
En este período se contruyó Oude Kerk, la iglesia más antigua de Ámsterdam, que fue consagrada en 1306. En 1317, tras la muerte de Gjisbrecht van Amstel, las posesiones del arzobispado fueron heredadas por su hermano el conde Juan de Hainaut, y Ámsterdam pasó a pertenecer definitivamente al conde holandés, aunque sólo nominalmente, pues el poder real lo ostentaban las familias patricias locales. Durante los siglos XIII, XIV y XV las casas de Ámsterdam eran muy sencillas y solían constar de una sola habitación con una chimenea,
La Liga Hanseática
En 1358 Amsterdam se unió a la Liga Hanseática, el poderoso mercado común de las ciudades del norte de Europa formado para dominar el comercio en los mares Báltico y Norte. A partir de 1400 Ámsterdam y otras ciudades holandesas lograron adquirir una posición de preponderancia dentro de la Liga. La villa se benefició de un modo extraordinario del desarrollo del intercambio mercantil, que la impulsó hasta convertirla en uno de los puertos más prósperos de Europa.
En las ciudades bálticas se intercambiaban los productos procedentes de España y Portugal: sal, aceite, lana, vino y frutas, por metales, madera, trigo y otras mercancías autóctonas. La producción y comercio de la cerveza se convirtió en otro elemento importante que ver en Ámsterdam, ya que su consumo se generalizó debido, principalmente, a la deficiente salubridad del agua (la cerveza no contiene gérmenes).
El aumento de las actividades comerciales propició también la aparición de industrias locales que transformaban las materias primas que suministraba el activo puerto en productos más elaborados que eran vendidos nuevamente por la flota comercial. Había, por ejemplo, pequeñas industrias textiles, fabricantes de jabones y molinos de aceite.
La superproducción hizo necesaria la construcción de más barcos, con el consiguiente aumento del número de astilleros en funcionamiento. Por su parte, los artesanos que abastecían los mercados locales, como los carpinteros, zapateros, herreros o sastres, se unieron en gremios en los que también había que compartir la fe y la devoción a los santos patronos. Estos gremios tenían sus propios altares y capillas en la Oude Kerk y a partir de 1408 en la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva).
En 1395 se construye la primera casa consistorial o ayuntamiento en la plaza del Dam. Las marcas que se pueden ver en algunas casas de Ámsterdam, y que indican el oficio de sus inquilinos originales, son resultado de esa tradición manufacturera. Este auge económico estuvo acompañado desde el principio por una intensa expansión urbanística y Ámsterdam pronto se quedó pequeña. En efecto, los diques y canales que se habían construido proporcionaban un terreno más firme y seco, pero dificultaban el crecimiento de la ciudad. Se llevaron a cabo numerosas obras menores y finalmente se optó por la construcción de nuevos canales a ambos lados del río. Así, se consiguió un sistema de desagüe y al mismo tiempo una densa red de vías acuosas. Sobre todo aquel solar se diseñaron esclusas que permitían el paso de pequeñas embarcaciones a los canales interiores de la ciudad, adonde llegaban directamente las mercancías.
Edificar en los nuevos terrenos resultaba difícil, ya que eran blandos y arenosos, pero se desarrolló un sistema para conseguir unos cimientos firmes al hundir largos troncos de pino o de maderas procedentes de Escandinavia, unos doce metros hasta encontrar suelo duro. Este sistema ha seguido usándose, aunque ahora los pilares son de hormigón. Por cierto, es un sistema que también se ha usado siempre en Venecia.
En 1428 Jaquelina de Baviera, presionada por Inglaterra, se vio obligada a ceder el condado holandés a Felipe el Bueno, Duque de Borgoña. De este modo se culminó la unificación de los Países Bajos iniciada en 1369 por el abuelo del duque Felipe. Borgoña era ahora tan poderosa como un reino.
Felipe el Bueno fue un gobernante inteligente y valeroso. Favoreció las artes, las letras y la industria. En su época Ámsterdam sufrió un gran incendio, en 1452, que redujo las casas de madera a cenizas.
Las autoridades locales decretaron, pues, nuevas leyes que sólo permitían la edificación con ladrillo y teja. Eran las primeras normas serias para prevenir catástrofes. El Ducado de Borgoña fue heredado por el hijo y la nieta de Felipe el Bueno sucesivamente. Esta última, María de Borgoña, se casó con Maximiliano, Archiduque de Habsburgo, y así Holanda pasó al patrimonio de la Casa de Austria. Cuando murió María de Borgoña en 1482, Maximiliano tuvo que enfrentarse a la impopularidad de que gozaba en los Países Bajos para mantener el poder. A la muerte de su padre en 1493, se convirtió en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y concedió a Ámsterdam el derecho a usar la corona imperial en su escudo de armas.
La época del dominio español en Ámsterdam
En 1555 Felipe II heredó de su padre los Países Bajos, junto con el trono de España y de sus posesiones en Italia, norte de África y América, por aquel entonces el imperio más poderoso de la Tierra y en cuyos dominios «no se ponía el sol». Pero la política de Felipe II enfureció a los habitantes de los Países Bajos. Además, las intolerantes ideas calvinistas holandesas -que habían irrumpido con fuerza- chocaron también con la intolerancia religiosa del rey y en 1566 los revoltosos incendiaron varias iglesias.
Nuestro emperador español envió tropas a los Países Bajos al mando de Fernando Álvarez de Toledo, Duque de Alba. Aunque Guillermo de Orange el Silencioso logró varias victorias importantes, el sucesor del Duque de Alba, Alejandro Farnesio, reconquistó los principales territorios perdidos por el Imperio Español en los Países Bajos. No obstante, Ámsterdam, a diferencia del resto de Holanda, permaneció leal al catolicismo hasta 1578, año en el que los calvinistas se apoderaron de todas las iglesias y del control del gobierno en una revolución conocida como la Alteración. Como consecuencia de la destrucción por parte del ejército español del puerto de Amberes gran parte de su dinámica población y de su comercio portuario se trasladó a Ámsterdam, lo que también contribuyó al ulterior desarrollo del Siglo de Oro.
En 1579 los territorios del norte se aliaron contra España bajo el nombre de Unión de Utrecht y dos años más tarde proclamaron su independencia. Las provincias del sur, mayoritariamente católicas, que no querían tener nada que ver con Ámsterdam, formarían más tarde el reino de Bélgica. A pesar del asesinato de Guillermo de Orange y las victoriosas campañas militares de los tercios españoles hasta el final de la contienda, hacia el 1600 la alianza de las provincias norteñas expulsó a los españoles de sus territorios con la ayuda de Inglaterra, que por entonces también destruyó la Armada Invencible (por cierto, el nombre de «Invencible» lo pusieron a modo de mofa los ingleses, no los españoles), en unos enfrentamientos no lejos de las costas occidentales de Holanda.
La Edad de Oro de Ámsterdam y la expansión colonial
Hacia 1580 las Provincias Unidas, con Ámsterdam a la cabeza, empezaron a vivir un dulce periodo de prosperidad económica, poderío político, expansión colonial y desarrollo artístico que se extendería hasta mediados del siglo XVII y que se conoce como la Edad de Oro. El 20 de marzo de 1602, cuando aún proseguía la guerra de las Provincias Unidas con España, los delegados de las distintas compañías mercantiles de varias ciudades negociaron con éxito en Ámsterdam un acuerdo de fusión que supuso la creación de la Vbreegnide Oostindische Companie (VOC), es decir, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Ésta contaba con la bendición del estado, que le otorgó el monopolio holandés del territorio comercial al este del Cabo de Buena Esperanza.
El capital inicial de la VOC fue de 6.459.840 florines, una cantidad muy importante para su época. La mitad fue aportada por la Cámara de Comercio de Ámsterdam. La dirección de la compañía fue asumida por sesenta directores, veinte de los cuales representaban a Ámsterdam. Además, en vez de proceder a la liquidación después de estos diez años, la institución siguió funcionando, mientras que quienes querían recuperar su dinero podían hacerlo con facilidad, ya que las acciones de esta sociedad se cotizaban al 200%.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales monopolizó el comercio con el sudeste asiático y se establecieron colonias en el Cabo de Buena Esperanza (hoy Suráfrica), Java – donde Batavia, hoy Yakarta, fue la principal sede de la Compañía- (os hablamos de nuestra visita a esta ciudad en otro artículo), Molucas, Sumatra, Ceilán (Sri Lanka), Nueva Guinea, Antillas y la actual Nueva York, que se llamó primero Nueva Ámsterdam. Los amsterdameses en particular se apoderaron de la Isla Mauricio, bautizada así en honor de su estatuder, y de Malaca.
A lo largo de 50 años la VOC fundó en Asia un vastísimo imperio comercial cuyos restos son bien visibles en el Troppenmuseum de Amsterdam y en los innumerables restaurantes de todas las etnias que pueblan la capital. Además, en el plano artístico la Escuela Flamenca acogía a artistas de talla mundial, como Vermeer, Hals o Rembrandt.
El Banco de Ámsterdam
El Banco de Ámsterdam es otro de los edificios que ver en Ámsterdam en 3 días, fue otra institución fundamental para el desarrollo de la ciudad y de todas las Provincias Unidas. Fundado en 1609, sus actividades eran muy variadas: cambio de moneda, recepción de depósitos, giros a favor de otros clientes, anticipos a la Compañía de las Indias Orientales, etc. El banco llegó a tener 2.000 clientes, entre los que figuraban no pocos extranjeros atraídos por su estabilidad, la riqueza económica del país y la circulación monetaria que permitía prestar con un interés muy bajo (al 3% en 1667). En 1611 se inauguró la Bolsa de Ámsterdam, una de las más antiguas del mundo y entonces el mayor centro de especulación financiera del planeta.
Para emular los éxitos de la Compañía de las Indias Orientales, se fundó en 1621 la Compañía de las Indias Occidentales (WIO), a la que se le concedió el monopolio del comercio holandés al oeste del cabo de Buena Esperanza, pero no tuvo éxitos equiparables, por lo menos en l que a beneficios se refiere. Y es que más que a comerciar, los buques de la WIC se dedicaban a asaltarnos los barcos españoles a los españoles (como siempre hicieron ingleses y franceses). En las islas conquistadas del Caribe -posteriormente llamadas Antillas Holandesas formaron grandes centros negreros. La WIC compraba esclavos en Africa Occidental y los transportaba a sus numerosas haciendas en el territorio caribeño y en Brasil. Más tarde el Surinam caería en manos holandesas y Ámsterdam fue copropietaria de las Provincias Unidas. En Ámsterdam había manufacturas de tabaco, centros de tallado de diamantes, etc.
Ámsterdam y los sefarditas
La historia de los judíos amsterdameses hasta el siglo XVIII fue recogida por David Franco Mendes en su Memorias do establecimento e progresso dos judeos portugueses e espanhoes. Narra este cronista la fundación de las sinagogas, instituciones, academias y escuelas que los judíos expulsados de España y Portugal establecieron en esta ciudad de tolerancia. En Ámsterdam se refugiaron miles de sefarditas procedentes de la Península Ibérica que huían de la Santa Inquisición. Muy fieles a los gobernantes y buenos súbditos, aquellos españoles conservaron la lengua durante generaciones. La Escuela de la Congregación Sefardí fue, probablemente, la mejor de la ciudad durante los siglos XVII y XVIII. Allí se enseñaba español, portugués, francés, retórica, matemática o caligrafía.
Hay que decir, y esto es una opinión personal, que se ha criticado mucho a España por expulsión (y con razón) pero también hay que recordar que si no se hizo una expulsión similar por ejemplo en Inglaterra es porque ya se había hecho dos siglos antes.
El desarrollo urbano de Ámsterdam
Mientras Ámsterdam crecía y se embellecía gracias a la construcción de tres canales circulares concéntricos en torno a la vieja ciudad: los denominados Heerengracht, Keizersgracht y Prinsengracht, donde, y sobre todo al principio, edificaron sus residencias los comerciantes más ricos tuvieron que comprometerse a respetar estrictas normas de ordenación urbana. Hoy son algunos de los barrios más bellos que ver en Ámsterdam.
Las guerras con Inglaterra
La aparición de Inglaterra en la escena mundial como otra gran potencia, especialmente en el mar, derivó en un inevitable conflicto con los Países Bajos, que se concretó en dos guerras entre 1652 y 1654 y 1664 y 1667. Tras la firma del acuerdo de paz, los holandeses, que no salieron muy bien parados, perdieron Nueva Ámsterdam (Nueva York) y ganaron la Guayana (hoy Surinam). Hacia 1740 las sucesivas derrotas contra Francia y, tras la unión de Inglaterra y Escocia, el Reino Unido, los Países Bajos -que también habían intervenido como aliados de los británicos en la Guerra de Sucesión de España- entraron en una época de declive.
Las Guerras Napoleónicas
En 1806 Napoleón transformó la república en el Reino de Holanda y, al igual que hizo en España, colocó a uno de sus hermanos en el trono, Luis Bonaparte, y en 1810 lo incorporó a su Imperio. La derrota de Napoleón y el Congreso de Viena en 1815 devolvieron la independencia a los Países Bajos, que recibieron, además, la incorporación de la actual Bélgica, que se desgajó de los Países Bajos de Austria. Sin embargo, esta unión forzosa sólo duró 15 años, cuando los belgas, con una cultura, idioma y religión diferente, reclamaron su independencia. Pero un nuevo Guillermo de Orange invadió Bélgica. Ocho años más tarde, ambos países quedaron separados.
La monarquía holandesa
En 1848 los Países Bajos promulgan una constitución que limita los poderes del rey y sienta las bases de la actual democracia parlamentaria, de la que disfruta Holanda desde ya hace muchos años. Así, mediante sufragio -si bien no universal- se elegía a los miembros de la Primera Cámara del Parlamento. Igualmente, la Constitución anulaba todo tipo de restricciones o discriminaciones religiosas y establecía la libertad de culto. Hasta aquel momento Ámsterdam había sido una entidad casi independiente conducida por dirigentes civiles, los burgomaestres. Sin embargo, a partir de entonces estaría sujeta al control de la política estatal. El proteccionismo comercial que tanto había favorecido a la ciudad frente a los demás municipios holandeses y a los competidores extranjeros fue suprimido. Además, aunque Ámsterdam seguía siendo la capital de Holanda, la sede del gobierno se trasladó a La Haya.
Ámsterdam en el siglo XX
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) Holanda permaneció neutral, pero sufrió una recesión económica derivada del conflicto y en especial del bloqueo de Gran Bretaña y Estados Unidos al continente.
En 1948 los Países Bajos se beneficiaron de los fondos de ayuda del Plan Marshall de reconstrucción de Europa y concentraron sus esfuerzos en la restauración de su tradicional actividad comercial. En el mismo año se unieron con Bélgica, Luxemburgo, Francia y el Reino Unido para formar la Organización del Tratado de Bruselas. Holanda se unió también como miembro fundador a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y a todo foro internacional decisivo en la marcha del planeta.
Después de años de una cruenta guerra colonial, los Países Bajos concedieron la independencia de Indonesia en 1949 y en 1954 las Antillas holandesas y Surinam pasaban a ser miembros del Reino de Holanda, pero con un autogobierno propio limitado tan sólo en materia de defensa y política exterior. En 1975 Surinam obtuvo la independencia total y muchos de sus ciudadanos, que eligieron ser holandeses, emigraron a la metrópoli. En 1962 Nueva Guinea también se independizó y quedó unos años bajo mandato australiano.
Una última petición sobre qué ver en Ámsterdam en 3 días
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