El Castillo de Manzanares el Real (o Palacio de Manzanares) es el castillo más importante de Madrid. Data del siglo XV y es una joya medieval que contiene por dentro una impresionante colección de pinturas, armaduras medievales, tapices y muebles del siglo XVI. Aquí en 1983 se firmó el estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid. Hoy te contaremos su historia y el proceso de reconstrucción.
La visita al castillo es una bonita experiencia para vivir con niños (puedes reservar gratis aquí) porque no en todos los castillos puedes recorrer sus galerías, ascender a las torres, ver obras teatralizadas con actores disfrazados de época medieval y comprobar cómo vivían los habitantes en espacios reconstruidos con muebles de época.
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Este castillo-palacio destaca por su belleza estética, contando con grandes ventanales de arcos góticos y una hermosa galería en lo alto de la fachada sur, considerada como una de las más bellas de todos los castillos de España. Las cuatro torres en sus vértices, tres circulares y la torre del homenaje (inacabada) están adornadas con bolas del más puro estilo isabelino. En el interior, el patio de dos plantas con galerías distribuye los diferentes aposentos.
Entre otras obras de arte, el castillo alberga una colección de diez tapices flamencos del siglo XVII algunos de ellos elaborados sobre cartones.
- ¿Dónde está el Castillo de Manzanares el Real?
- ¿Cómo llegar al Castillo de Manzanares el Real?
- ¿Qué horario tiene el Castillo de Manzanares el Real?
- ¿Cuándo se construyó el Castillo de Manzanares el Real y quién lo hizo?
- ¿Por qué se construyó aquí el nuevo Castillo de Manzanares el Real?
- ¿Qué elementos forman el castillo de Manzanares el Real?
- El nuevo castillo de Manzanares el Real
- ¿Siguió el Castillo viejo en pie al construirse el nuevo?
- La restauración del castillo de Manzanares
- ¿Qué parte es original del castillo y qué parte está reconstruida?
- La gran renovación del siglo XXI: ¿Qué hay por dentro del castillo?
- ¿A quién pertenece el Castillo de Manzanares el Real?
- Historia del Castillo de Manzanares el Real
¿Dónde está el Castillo de Manzanares el Real?
Se encuentra al lado de otros puntos de interés como el embalse de Santillana, la playa de Manzanares, el centro de visitantes de Peñalara, Insect Park, la casita del Príncipe, las cascadas del Purgatorio o las cascadas del Hervidero. La dirección exacta es calle Cañada sin número de Manzanares El Real, pero no tiene pérdida: se ve desde cualquier punto de la población.
¿Cómo llegar al Castillo de Manzanares el Real?
En vehículo propio saliendo de Madrid, tomando la salida hacia Colmenar por la autopista M-607 y continuando hasta que se una con la M-609 en dirección a Colmenar Viejo. Luego, tomando la M-862 y, finalmente desde la carretera M-608. Si tienes que ir en transporte público desde el intercambiador de Plaza de Castilla, puedes coger la línea 724 de autobuses.

¿Qué horario tiene el Castillo de Manzanares el Real?
El castillo abre al público de martes a viernes, con un horario que va de 10:00 a 17:30 horas. Los sábados, domingos y días festivos, el horario es de 10:00 a 18:00 horas. El Jardín y recinto exterior tiene un horario un poco más amplio, de 10:00 a 18:00 horas. Conviene reservar y no apurar la hora de cierre.
Si te gustan los castillos, antes de continuar, queremos recomendarte 10 artículos sobre castillos que hemos redactado los autores de este blog de viajes:
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- Castillo de Chenonceau
También hemos escrito para otros blogs de viajes, como este artículo sobre el castillo de Miravet.
¿Cuándo se construyó el Castillo de Manzanares el Real y quién lo hizo?
El castillo no fue el único ni el primero de Manzanares, eso sí, fue la primera residencia habitual de los Mendoza, una poderosa familia nobiliaria del Reino de Castilla.
Aún se conservan los cimientos de un castillo anterior al otro lado de la villa y del río, conocido como la Plaza de Armas. Ese castillo «viejo» fue desmontado sistemáticamente al edificar el «nuevo”. Se trataba de un castillo típico del siglo XIV, con torreones, una enorme torre del homenaje y una planta tradicional de forma cuadrada. No se sabe la fecha exacta de su construcción, ni por tanto, si fue edificado por el rey Alfonso XI, autor del Libro de la Montería, como su residencia para las cacerías, o por los primeros Mendoza. En ese caso, habría sido obra del primer Diego Hurtado, Almirante de Castilla y padre del Marqués de Santillana.
Hablaremos de quién construyó el segundo castillo, el «nuevo», un poco más adelante.
¿Por qué se construyó aquí el nuevo Castillo de Manzanares el Real?
Muchas villas han visto cómo, a lo largo de los siglos XIV y XV, sus señores han construido residencias fortificadas junto a ellas. Es una forma simbólica de subrayar su nuevo poder económico y político. Además, tienen valores funcionales: son la residencia del señor durante sus estancias en la villa y cuentan con una pequeña guarnición para imponer su dominio o defenderse de posibles ataques.
¿Qué elementos forman el castillo de Manzanares el Real?
La torre del homenaje
La torre del homenaje acoge las estancias del señor y son el último reducto en caso de asedio. Recibe su nombre del acto que tiene lugar en esas estancias, en el que el señor y sus vasallos se juran fidelidad mutua. Otro de los símbolos del poder señorial es, por ejemplo, el escudo de armas de los Chacón en Arroyomolinos, situado en un lugar visible al exterior del castillo.
En ocasiones sólo se conservaba la torre del homenaje, la torre fuerte y simbólica del castillo. en el caso del castillo de Manzanares el Real es al contrario, es lo único que no se ha conservado, precisamente porque nunca se llegó a terminar. Eso sí, en el antiguo castillo, el «viejo» sí se construyó, pero luego se desmontó al dejar de ser útil y convertirse en cantera.
La Iglesia Nuestra Señora de las Nieves
El primer Marqués de Santillana fue quien ordenó, o al menos quien dio permiso para la construcción del primitivo templo de la Iglesia Nuestra Señora de las Nieves (siglo XIV), en el que más tarde se levantaría el castillo de Manzanares el Real. No obstante, un siglo más tarde se remodeló por completo, cambiando la orientación del pórtico.
El templo no tiene un estilo definido, pues mezcla tanto el gótico como el románico. Asimismo, tiene elementos claramente renacentistas añadidos en el siglo XVI.
El nuevo castillo de Manzanares el Real
La segunda residencia de los Mendoza en Manzanares fue este castillo. La construcción del castillo nuevo se debió a iniciativa de Diego Hurtado de Mendoza, a la sazón, primer Duque del Infantado. Debió ser acabado por su hijo Inigo López, segundo duque, entre 1480 y 1490. Es posible que las trazas del edificio o de alguna parte de él fueran del arquitecto Juan Guas. Por tanto, el primer marqués de Santillana, padre de don Diego, cuando moraba en Manzanares, tuvo que hacerlo en el primer castillo y no en éste.
«Fundó, de principio, en su villa de Manzanares, la fortaleza que está en ella edificada» dijo Hernando del Pulgar, en su biografía del primer Duque del Infantado.
Tras siglos de abandono el castillo llegó al siglo XX casi derruido, y tuvo que ser completamente restaurado. Lo más probable es que, después del siglo XVII, los señores ya no lo visitaran más y, en el XVIII, perdidos su valor simbólico y su funcionalidad, dejaran de mantenerlo.
¿Siguió el Castillo viejo en pie al construirse el nuevo?
El castillo viejo fue desmontado de forma sistemática, no se arruinó lentamente. No hay amontonamiento de escombros y sus muros se conservan todos a la misma altura, como si hubieran sido rebajados hilada a hilada.
¿Para qué pudo emplearse la piedra extraída en el castillo viejo de Manzanares?
Una vez acabado el nuevo, el viejo sí dejó de ser útil y entonces es probable que sí se desmontara. Para rellenar el foso que seguramente lo rodeaba. Para otras construcciones como la iglesia parroquial.
Era costoso mantener dos residencias señoriales en el mismo lugar, y sobre todo, defenderlas. Era peligroso abandonar en pie una construcción defensiva que podía ser utilizada por tropas enemigas o grupos de bandidos. Podía servir como cantera de piedra, ahorrando el trabajo y el coste de extraer y acarrear piedra «nueva» hasta el castillo en construcción.
El castillo viejo siguió aún un tiempo en pie y se desmontó más tarde. ¿Por qué? Porque el duque del Infantado se tenía que alojar en algún lugar mientras visitaba las obras del castillo nuevo. El duque murió en Manzanares el Real en 1479, solo cuatro años después de comenzadas las obras del nuevo (1475).
¿Cómo eran las piezas de artillería del Castillo de Manzanares el Real?
Las primeras piezas de artillería que se usaron en Castilla y en el resto de los reinos europeos de finales de la Edad Media estaban formadas por toscos tubos ensamblados de hierro colado. Las más pesadas eran las bombardas, las más ligeras, las espingardas. A la vista del tamaño de sus troneras seguramente eran estas últimas las que armaban la barrera del castillo de Manzanares el Real. Al ser más ligeras, era más fácil moverlas y orientarlas, aunque se perdiera un poco de potencia de fuego. Lo que resultaba devastador era el efecto de la descarga combinada de todas las piezas situadas en un mismo lateral, es decir en la misma batería.
La restauración del castillo de Manzanares
Las primeras obras en el castillo fueron dirigidas por el arquitecto Lampérez y Romea en 1916 y financiadas por el propio Duque del Infantado. Lampérez fue un pionero tanto del estudio científico de las fortificaciones medievales como de la arquitectura de restauración.
En esa época, existía un verdadero interés por el paisajismo: los monumentos constituían hitos visuales pero no objetos culturales. Por eso, el propósito de esta primera obra debió ser solamente restituir el aspecto externo de la fortaleza, no hacerla accesible: la reconstrucción se concentró en la barrera y en la parte alta de los muros del edificio.
Sólo una parte del castillo ha quedado sin reconstruir: el cuerpo situado al este cuya parte inferior está ocupada por la capilla. Faltan las arquerías y los pisos de las dos plantas altas y la parte superior está desmochada.
¿Por qué faltan tantos elementos originales del castillo?
Posiblemente por una combinación de motivos: porque los arquitectos dudaron sobre cómo era su coronamiento (es una estructura atípica en este tipo de edificios), porque no rehacerlo no afectaba a la circulación por el castillo al tener un acceso independiente, y quizás también por la dificultad técnica y el coste de la obra.
¿Qué parte es original del castillo y qué parte está reconstruida?
La verdad es que a diferencia de otras reconstrucciones de castillos en España o Francia, por ejemplo, la reconstrucción del castillo de Manzanares el Real es bastante fidedigna. Quedaron suficientes restos como para hacerse una idea precisa de cómo era en su estado original.
La mayor parte de las arquerías fueron expoliadas dado su valor, pero se siguió una reconstrucción por anastilosis.
La anastilosis es un método de reconstrucción de edificios históricos. Se basa en la analogía. A partir de los elementos conservados, se reconstruyen las partes perdidas. Pero tiene un defecto que ha sido criticado por los teóricos de las últimas décadas: no permite saber a simple vista qué es original y qué rehecho, induciendo al error de que el edificio se ha mantenido intacto a lo largo del tiempo.
La gran renovación del siglo XXI: ¿Qué hay por dentro del castillo?
Después de más de treinta años de gran actividad, el castillo precisaba una nueva intervención, ésta más superficial y relacionada con la comunicación de sus valores y significados y con los servicios que ofrece al visitante. Se aprovecho para instalar cámaras de seguridad, mejor saneamiento, medidas contraincendios y señalización más moderna, con una restauración integral de las colecciones de tapices y pinturas del castillo de Manzanares el Real. Se han instalado nuevas barandillas protectoras en la galería alta y los adarves .
La nueva propuesta, de la que forma parte el centro de interpretación, tiene los siguientes objetivos: «Mejorar los accesos al recinto; Renovar y ampliar los servicios que se ofrecen al visitante (recepción e información, tienda, cafetería), a la vez que se sitúan en edificaciones exteriores donde no interfieren la relación del visitante con el monumento; Aumentar la seguridad en escaleras y adarves; Mejorar la conservación de las colecciones y las condiciones medioambientales del castillo; Facilitar la comprensión del monumento mediante varios recursos: un centro de interpretación que cuenta su historia, audiovisuales, recorridos bien señalizados y explicados, una ambientación más coherente en sus salas, nuevas actividades culturales y nuevas guías y publicaciones.
Tras la segunda etapa de obras, el castillo, efectivamente, se abrió al público y a todo tipo de usos: rodajes cinematográficos, exposiciones, reuniones, actos oficiales, conciertos… cientos de miles de personas han recorrido sus salas y sus adarves. El castillo es, después del Monasterio del Escorial y el Palacio de Aranjuez, el monumento de la Comunidad de Madrid más visitado (excluyendo los de la capital).
¿A quién pertenece el Castillo de Manzanares el Real?

El castillo sigue siendo propiedad de los descendientes de los Mendoza, pero lo gestiona la Comunidad de Madrid gracias al arrendamiento por cincuenta años acordado en 1965 entre el Duque del Infantado y la Diputación de Madrid. Esto impulsó la segunda etapa de obras, realizada ya con dinero público.
La Diputación desapareció al crearse la Comunidad Autónoma y todas las competencias de aquella pasaron a ésta, incluido el castillo. Actualmente se hace cargo de él la Consejería de Economía e Innovación Tecnológica y más concretamente su Dirección General de Turismo.
¿Por qué es importante el Castillo de Manzanares el Real?
Este soberbio Castillo de Manzanares el Real, tan cercano a Madrid, es el prototipo de castillo-palacio. De belleza imponente, ubicado en un entorno en el que las filigranas pétreas de la vecina Pedriza y las aguas remansadas del embalse de Santillana acrecientan y duplican su emotiva estampa de galeón anclado en la tierra y en el tiempo.
Historia del Castillo de Manzanares el Real
Situado en el territorio llamado Real de Manzanares, de buenas aguas y ricos pastos, que fue disputado por segovianos y madrileños, hasta que Juan I de Castilla para terminar con los enfrentamientos, lo concede a Don Pedro Hurtado de Mendoza, quien entre otros muchos servicios a su rey como fiel servidor está el de haberle cedido el caballo que le puso a salvo tras la derrota de las tropas españolas por las portuguesas en la batalla de Aljubarrota.
Años más tarde, su bisnieto, Don Inigo López de Mendoza, el autor de las serranillas, uno de los hombres más cultos de su tiempo, ayudaría a su rey Juan II de Castilla en la victoria de Olmedo, lo que le valió los títulos de Conde del Real de Manzanares y Marqués de Santillana. Fue este primer marqués de Santillana el que inicia las obras del castillo del Real de Manzanares poco después de 1435, aprovechando e incluyendo en su interior la Ermita de Santa María de la Nava (siglo XIII), de estilo románico.
Quizá las muchas ocupaciones cortesanas, militares o literarias del marqués y en las que destacó siempre con brillantez, valentía y reconocimiento de muchos le llevaron a encargar a su hijo Don Diego, primer Duque del Infantado, el seguimiento de las obras. A él se debe lo más suntuoso del castillo.
Muerto el duque en 1479, es su hijo Iñigo el encargado de seguir la construcción y es muy probable que, al igual que hiciera con el Palacio del Infantado, de Guadalajara, encomendara la realización de las tareas finales al arquitecto Juan Guas, artífice también del castillo de San Juan de los Reyes, en Toledo.
¿Cómo es el castillo?
Esta bella fortaleza gótica consta de dos cuerpos; el exterior de planta cuadrada con un cuerpo saliente como capilla y torres circulares en los ángulos, y una cuadrada de mayor volumen que sirve de torre del homenaje. Los cuerpos superiores de las torres son de tamaño menor y con medias bolas de gran efecto decorativo. La torre del Homenaje es cuadrada pero la parte superior es octogonal. El segundo cuerpo incluye el ábside de la ermita referida, que pasó a formar parte de la capilla del nuevo castillo.
La mano de Guas está patente en la bellísima galería del mediodía, de puro gótico isabelino, en gráciles cornisas estalactíticas, arcos conopiales, superficies con medias esferas o puntas de diamante.